Decano del Colegio de Nutricionistas recomienda ser moderados a la hora de consumir alimentos altamente calóricos y con grasas.
Llegó la nochebuena y con ella el ritual de la celebración se convierte en un festín gastronómico que sin darnos cuenta puede acarrear riesgos severos a nuestra salud, más allá de ganar unos cuantos kilos de peso como muchos creen.
El decano del Colegio de Nutricionistas del Perú, el licenciado Antonio Castillo Carrera, advierte que es muy importante tener claro y alertar a la población que, en estas fiestas destinadas a la celebración, al nacimiento, y a compartir con la familia, también se presentan excesos por el consumo de alimentos y productos altamente calóricos.
Señala, por ejemplo, que el consumo del panetón, infaltable en la mesa de los peruanos, debería consumirse de manera moderada. "Una porción pequeña, de 50 gramos, que alcanza en la palma de la mano, es suficiente para darnos el gusto y no ingerir los 100 gramos o más que solemos consumir normalmente, porque esto representa unas 400 calorías".
Advierte que, si a esa porción le adicionamos mantequilla, mermelada, el chocolate que tiene grasa y azúcar, se incrementa hasta en un 30% o más el consumo de calorías.
El licenciado Antonio Castillo asegura que es importante conocer estos datos para no poner en riesgo nuestra salud y ser responsables con nuestra alimentación, aun cuando la fecha nos invite a consumir una gran variedad de preparaciones.
Sostiene que muchas personas se saltan el almuerzo para llegar a la cena navideña con más apetito y consumir pavo, ensaladas de verduras y fideos, compotas de manzana y un sinnúmero de platos, que, si bien son muy apetitosos, en conjunto pueden provocarnos empachos y el aumento excesivo de calorías.
Asegura que solo en la cena navideña, una persona que ingiere todos estos potajes en promedio está consumiendo 3,500 o 4,000 calorías cuando el requerimiento por día es de apenas 2,300 calorías. "Si a esto le sumamos las calorías consumidas en el desayuno, el almuerzo y lo que va a consumir al día siguiente, y los días posteriores, estamos exponiendo nuestro organismo a productos altamente calóricos y con grasas que, en el mejor de los casos, condicionan un incremento de peso.
Señala que el tema es de mayor riesgo en las personas que tiene el colesterol elevado, personas que sufren de diabetes y que no pueden consumir alimentos que tengan altas cantidades de azúcar como el panetón y el chocolate; también es perjudicial y excesivamente peligroso para aquellas personas con sobrepeso o que sufren del corazón, por lo que es necesario tener cuidado, más aún en este contexto de pandemia, pues se les consideran factores de riesgo grave que pueden incluso llevar a la muerte.
El profesional recomienda tener en cuenta, además, que la cuarentena ha provocado que muchas personas consuman alimentos procesados o postres que no consumían habitualmente y que, al estar en casa, se convirtió en casi una costumbre. "Si a eso le sumas la inactividad física por el tema del sedentarismo, por el hecho del trabajo remoto que condiciona a las personas a estar muchas horas sentadas frente a una computadora, es probable que las personas presenten una alteración en sus indicadores clínicos".
Otro factor de riesgo, asegura, es que se abusa de los alimentos altamente calóricos y de los llamados delivery que por lo general no ofrecen una ensalada saludable, sino que están hechos con productos procesados: hamburguesas, papas fritas, gaseosa, alimentos con grasas que, además de aumentar de peso, perjudican seriamente la salud si se tiene algún tipo de comorbilidad, como colesterol, triglicéridos o diabetes.
¿Qué hacer? Pasos a seguir
Castillo plantea algunas ideas que se pueden poner en práctica en estas fechas. Por ejemplo, sugiere consumir cantidades pequeñas de panetón, y tratar de no agregarle ningún adicional, porque ya en su composición tiene azúcar, grasa, huevos. Sugiere además preparar el chocolate con lecha descremada, baja en grasa, que no tenga tanta azúcar.
También recomienda hacer algunas modificaciones en nuestros hábitos de celebración. "En lo que respecta a la cena navideña, no deberíamos esperar a la medianoche para sentarnos a la mesa. Podemos hacerlo a las 9 de la noche para que nuestro organismo tenga una adecuada digestión", refiere.
"Tampoco debemos saltarnos las comidas, consumir los alimentos a la hora habitual del desayuno y el almuerzo y tomar bastante agua y frutas para no llegar con tanta hambre a la noche y cumplir con el objetivo de comer porciones pequeñas".
En cuanto a las bebidas, dice que, tratándose de una celebración para compartir con la familia, para reflexionar, y no de jolgorio, se debe restringir el consumo de bebidas alcohólicas o bebidas espirituosas, que también aportan calorías, solo al momento del brindis.
Una sugerencia final, pero muy importante después de una noche de estas características, es el descanso. El nutricionista recomienda también hacer un poco de actividad física al día siguiente. "Una caminata, subir y bajas escaleras, pasear a la mascota, dar unas vueltas en bicicleta, o simplemente caminar aceleradamente, pueden ser una buena estrategia para oxigenar nuestro organismo".