El allanamiento de la residencia de Donald Trump por el FBI crea división en Estados Unidos: para unos es un primer paso hacia un juicio y para otros, una “persecución política”, en medio de una gran polarización y cuando el expresidente considera volver a ser candidato a la Casa Blanca.
Washington, Estados Unidos
AFP
Nunca alguien que fue inquilino de la Casa Blanca tuvo tantos problemas con la justicia.
¿La redada de la policía federal tiene que ver con las cajas de cartón que Donald Trump se llevó cuando se fue de la Casa Blanca?, ¿con la investigación sobre su presunta responsabilidad en el asalto al Capitolio? ¿o con las sospechas de fraude financiero que pesan sobre la Trump Organization en Nueva York?
Trump se declara inocente en cada uno de estos casos y se considera blanco de una cacería de brujas.
Reacción
En un comunicado denunció duramente el allanamiento de su mansión de Florida, al que no asistió. “Estos son tiempos oscuros para nuestra Nación”, indicó. “Esta incursión no anunciada en mi casa no era necesaria ni apropiada”, añadió.
“Nadie está por encima de la ley”, “ni siquiera un expresidente de EE. UU.”, declaró la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en NBC. Como la mayoría de los demócratas, Pelosi lleva años pidiendo que el magnate rinda cuentas.
La escalada judicial parece haber unido más al Partido Republicano en torno a Trump, hasta el punto de erigirlo en mártir.
Nada más conocerse el allanamiento, un grupo de simpatizantes de Trump acudió a la lujosa residencia del exempresario para dar rienda suelta a su furia.
Guerra
Algunos de ellos ondeaban banderas en las que se leía “Biden no es mi presidente”, un recordatorio de que más de un año y medio después de la derrota electoral de Trump, muchos estadounidenses siguen convencidos de que le “robaron” las elecciones presidenciales del 2020.
En las redes sociales, algunos simpatizantes de Trump abogaban por un “divorcio”, en este país con divisiones tan profundas que pueden parecer irreconciliables. Los republicanos podrían recuperar el control del Congreso en las elecciones legislativas intermedias de noviembre.
Niegan injerencia
El líder de los conservadores en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, denunció una “instrumentalización intolerable con fines políticos” del Departamento de Justicia y prometió una investigación sobre su funcionamiento en cuanto los republicanos vuelvan al poder.
Mientras la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, negó categóricamente que el presidente Joe Biden haya sido informado con antelación del allanamiento a la mansión de Florida.
“El presidente Biden ha sido muy claro sobre el hecho de que el ministerio de Justicia lleva a cabo sus investigaciones de forma independiente”, declaró.