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Día Internacional de las Personas con Discapacidad: Conoce estas 4 historias de superación
Publicado en 04/12/2021 06:55
NACIONALES
Los deportistas con discapacidad física que han logrado triunfos para el Perú nos recuerdan las oportunidades que debemos generar desde distintos ámbitos de la sociedad para este grupo poblacional que puede aportar mucho al país. Estas son sus trayectorias y logros.

En el Día Internacional de las Personas con Discapacidad que se celebra el 3 de diciembre, cuatro testimonios de peruanos que superaron sus limitaciones físicas para destacar en el deporte, se convierten en lecciones de entereza y fuerza de voluntad. José Luis, Melissa, Stefany y Rodrigo son paradeportistas y su lucha trasciende las pistas y el ámbito de la competencia para generar la reflexión necesaria que nos lleve como sociedad a ser realmente un país inclusivo.

La historia del Mayor EP (r) José Luis Casas Carrión está marcada por la palabra lucha: lo hizo en defensa de la Patria como militar, lo ha hecho para triunfar en el deporte y especialmente para recuperar la salud y no decaer espiritualmente. 
 
En 2012, siendo Capitán y estando al mando de la "Operación Libertad”, que tenía como misión rescatar a trabajadores del consorcio Camisea secuestrados por subversivos, pierde el talón del pie derecho. 
 
Era el final de la operación y el camarada Gabriel hizo explotar casi 200 metros de cargas explosivas. Recuerda que la mitad de la patrulla fue afectada por la detonación y es en ese momento que inicia una larga lucha por salvar su pierna. "Después de 2 años de haber sido sometido a 15 cirugías, la perdí. Me amputaron parte de la pierna izquierda, debajo de la rodilla", recuerda.
 
José Luis cuenta que en ese momento, el Gobierno del presidente Humala ayuda a los heridos. "Éramos cuatro los más graves, dos perdieron la pierna en el acto, uno perdió la vista totalmente y yo perdí parte del talón. Nos enviaron a los mejores hospitales de Estados Unidos. A mi me tocó el Johns Hopkins Hospital, en Baltimore, pero finalmente tuvieron que amputarme la pierna después de 15 operaciones".
 
"Regreso con una prótesis de caminar y otra para hacer deporte, pensando que podía continuar con la carrera militar, lamentablemente no pude porque el tema de la discapacidad en el país es un tema que muchas personas, por ignorancia, ven con lástima. Tenía dos opciones: o continuaba en la parte administrativa, sentado en un escritorio y sin esperanzas de ascender (en ese momento era capitán) o pasaba a la situación de retiro, con un subsidio por invalidez y una pensión".
 
 
Con una discapacidad adquirida, se inserta en la sociedad civil con la convicción de salir adelante. Es así que el Mayor decide fundar en diciembre de 2015 el Centro Paradeportivo Sin Límites, una asociación sin fines de lucro, creada para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, mediante la competencia. 
 
José Luis recuerda que en el Hospital Militar le dijeron que nunca más podría volver a correr, pero lo hizo en Río de Janeiro, también en Alemania y en el Mundial Militar de China; él dice que le dio la vuelta a la situación recorriendo todo el mundo haciendo paratletismo.
 
"En la Escuela Militar de ChorrilLos donde me formo, practicaba Lucha Libre, atletismo, pruebas de velocidad, de modo que el deporte siempre estuvo vinculado a mi vida. Cuando formo el centro, sentía la obligación de apoyar a concretar los sueños de personas que habían quedado con discapacidad durante la lucha contra el terrorismo, y así se fueron sumando jóvenes que en ese momento no tenían oportunidades en ningún aspecto de la vida, ni social, ni en lo familiar ni económico".
 
Hoy el Centro es abierto para todas las personas porque tiene fines tanto deportivos como culturales, aunque admite que se han enfocado más en el tema deportivo y no solo de competencia, sino también en el deporte recreativo. 
 
"Actualmente tenemos un promedio de 100 deportistas con discapacidad, pero hay otros que están con nosotros porque encuentran una familia. Entre todos nos ayudamos en la búsqueda del desarrollo personal. Acá los tratamos de asesorar en temas laborales, culturales, entre otros intereses, pero el enfoque del deporte es prioritario, y por eso en los Juegos Panamericanos, 36 deportistas eran de la asociación Sin Límites".
 
Y aunque la práctica del deporte ha sido determinante en el cambio de rumbo que experimentó, José Luis asegura que hoy comparte su tiempo con los asuntos dirigenciales y del Centro. "Mi última competencia, antes de la pandemia, fue en el Mundial Militar de China, en 2019. Participé en pruebas de 100, 200 y 400 metros planos y salto de longitud". 
 
Entre sus logros figura el haber llegado a las finales de una paralimpiada, en Rio 2016. Ganó medalla de plata en un grand prix en Alemania, en China obtuvo medalla de plata y bronce en 100 metros planos. Actualmente entrena, aunque no de manera competitiva, haciendo tiro con arco y flecha, con pistola, y también atletismo. "Es para mantenerme en forma", señala.
 
A estos reconocimientos se suman el que recientemente ha sumado al ser considerado Deportista por el Cambio, que le entregó la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). premio que lo compromete aún más con la lucha personal que libra, a sus 40 años.
 
 
Sin Límites
 
El centro Paradeportivo Sin Límites ha cumplido seis años. José Luis Casas reconoce que ha sido muy difícil sostenerlo solo con el apoyo de amistades, pero afortunadamente se han sumado otros apoyos como el que les brinda la Lotería Torito de Oro, que patrocina a los chicos para su alimentación, transporte y su preparación para los Juegos Paralímpicos. 
 
"Actualmente nos están apoyando con una prótesis de alta generación para una jovencita, que tiene un costo mayor a 15,000 dolares, de lo contrario no podríamos solventarlo".
 
Las limitaciones no los detienen. Este mes, durante el evento que realizan cada año por Navidad en el Parque de la Amistad, se sumarán 15 chicos de entre 12 y 18 años. "Les haremos un test para ver su perfil; así tratamos de identificar a los chicos con potencial para el deporte y en cual pueden destacar", señala.
 
Asegura además que al ser una asociación civil sin fines de lucro, pueden suscribir convenios como el que tienen con la Escuela Militar de Chorrillos para acceder a campos de entrenamiento, y aunque debido a la pandemia, no se pudo hacer uso de ellos, sí es posible hacerlos ahora con las municipalidades para el uso de sus zonas deportivas.
 
"Cuando empezamos nuestra Asociación, ningún deportista discapacitado pertenecía a un Centro de Alto Rendimiento (CAR), la primera en entrar fue Jenny Vargas que fue conmigo a los juegos paralimpicos en Rio. En estos CAR del país, están los deportistas top o los de mayor proyección, donde además de las instalaciones, reciben alimentación.
 
Hoy, uno de los proyectos que manejan -señala- es tener un Centro de Alto Rendimientos adaptado para personas con discapacidad. "Por ahora tenemos convenio con la Municipalidad de Surco, en el Polideportivo Sagitario y con algunos colegios que nos dan sus instalaciones a un precio social; también tenemos el estadio Gálvez Chipoco donde las personas con discapacidad no pagan entrada por tratarse de una instalación del Estado".
 
El Mayor Casas está convencido que la mejor lección que le queda, luego de haber pasado por momentos tan difíciles, en los que la vida puede cambiar en un segundo, es ser agradecido y amar la vida. 
 
"Tenemos una sólida filosofía y con el lema Desarrollando deporte, cambiando vidas, este viernes celebraremos el Día Internacional de la Persona con Discapacidad", señala, no sin antes decir a modo de reflexión, que en el Perú, estamos muy lejos de ser una sociedad inclusiva".
 
 
 
La discapacidad no es un impedimento
 
Melissa Baldera es otra de las destacadas deportistas peruanas que compite no obstante tener una ceguera total, causada por un leucoma congénito. Con 26 años, esta guerrera que se luce en las pistas de velocidad, es la mejor del paratletismo categoría T11, que es una de las tres categorías de discapacidad visual. Solo lleva cuatro años en este deporte, sin embargo ya representó a nuestro país, siendo parte de los 11 paradeportistas que sacaron la cara por el Perú en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
 
Melissa precisa que en la categoría T11, hay que correr con un cobertor o antifaz sobre los ojos, al tener un registro visual muy bajo, o ceguera total. Sin embargo, esta limitación de la que es muy consciente, no ha afectado su desarrollo, pues asegura que cuenta con el apoyo de su familia, que siempre está pendiente de las actividades que quiere realizar y por eso -señala- ha podido llegar al sitial que ostenta como deportista paralímpica.
 
También destaca el apoyo del IPD, de algunas instituciones o empresas como Torito de Oro, que apoyan con los implementos deportivos y el desarrollo deportivo. Además, por ser paralímpica estamos recibiendo un apoyo del Estado. "Estos respaldos le dan a los deportistas una motivación para seguir trabajando", refiere.
 
"A pesar que uno puede pensar que estás limitado, te das cuenta que la discapacidad no es ningún impedimento y que sí es posible lograr los objetivos que uno se propone" señala Melissa, quien recuerda que se inició corriendo carreras de calle, siempre con la compañía de su madre, que confió en su fortaleza en todo momento.
 
Refiere que a los 22 años comenzó a considerar el deporte de manera profesional. "A mediados de 2018 ingresé al alto rendimiento. En mi categoria, y a nivel nacional, me consideraron una de las deportistas mas destacadas y al obtener la marca mínima que pedían para las olimpiadas, fui una de las seleccionadas a la que le brindan un cupo y le dan la oportunidad de representar al Perú.
 
 
Para los paralímpicos de Tokio 2020 me enteré dos meses antes que iba a representar al Perú. Viajé a México y Suiza para poder mejorar la marca que tenía desde el 2019.
 
Durante su participación en Tokio, asegura que le fue muy bien, porque pudo bajar su marca, a pesar que no pudo entrenar muy bien debido a la pandemia. 
 
Actualmente, Melissa entrena muy fuerte en La Videna, donde también reside. Sostiene que hay un viaje en marzo a Brasil, para buscar marca para los Parapanamericanos Chile 2023 y en setiembre hay otro evento en el Perú. "También pienso buscar mi marca para París 2024", asegura.
 
"Estamos echándole muchas ganas, iniciamos un nuevo ciclo olímpico y con todos los compañeros estamos tratando de subir nuestro nivel, especialmente porque sabemos que fuera del Perú hay mucho afán competitivo. La idea es obtener la marca para los Juegos Parapanamericanos Chile 2023, que es de 13 o 14 segundos en 100 metros; 28 o 29 segundos en 200, y en 400 metros, que es una prueba nueva para mi, ya que en las Paralimpiadas corrí por segunda vez internacionalmente esa prueba".
 
Melissa confiesa que siente mayores posibilidades de subir al podio participando en 200 metros, pero que está entrenando muy fuerte para la de 400 metros. Su participación en una o en otra de las pruebas las decidirá con su entrenador, el cubano Valery Larrondo, a quien Melissa agradece por las enseñanzas.
 
 
 
La prótesis anhelada 
 
Un ejemplo de amor al deporte es el que nos muestra Stefany Alejandro, una adolescente de 16 años que a los 9 años fue diagnosticada con un osteosarcoma, un tipo de cáncer de hueso que se encuentra con mayor frecuencia en los huesos largos, motivo por el que se le tuvo que amputar una pierna. 
 
Durante 3 años combatió el cáncer, al que finalmente logró derrotar, por lo que sus deseos de volver a la competencia, movilizó al Centro Paradeportivo Sin Límites para tratar de financiar la prótesis que su familia no podía costear. A su corta edad Stefany tiene como pasión el atletismo y sueña con ser una gran representante de la selección peruana.
 
"Desde muy corta edad practiqué atletismo, pero a los 9 años que me diagnosticaron el osteosarcoma; sentí que ya no podía seguir mis sueños ya que tenía que estar en Lima para mis tratamientos. Sin embargo, la posibilidad de retomar la actividad deportiva que tanto la apasiona ha sido posible gracias al Centro y a Miriam Montes, a quien la joven deportista está muy agradecida. 
 
 
Es muy probable que pronto la veamos entrenando en su especialidad de velocista. Actualmente ella recibe tratamiento en la Ortopedia Santa Fe, gracias a la empresa Torito de Oro que apoya a los paradeportistas, y espera en un futuro contar con el respaldo del Estado. 
 
También, acota, tiene planeado estudiar asesoría de imagen en alguna universidad, por lo que les pide a estas que se fijen en los paradeportistas que como ella, superan cada escollo con tal de ver cumplidos sus sueños.
 
 
El agua es su hábitat
 
Rodrigo Santillán se desenvuelve en el agua como un verdadero delfín. Nuestro destacado nadador representó al Perú en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 donde se ubicó entre los ocho primeros lugares en esta gran competencia mundial. 
 
Con tan sólo 16 años, Rodrigo es un campeón. La enfermedad congénita que padece, llamada polineuropatía desmielinizante mixta, es una condición que no le ha impedido participar en diversos eventos deportivos. 
 
"Yo llego a la natación por medio de Alicia García, quien me invita al Estadio Nacional. No sabía lo que era el deporte paralímpico, pero con su ayuda pude conocer más del deporte de la natación", refiere
 
Rodrigo compite en la categoría S2, es espaldista en la modalidad de 50, 100 y 200 metros espalda. Se inició a los 13 años, y en el 2019 llega al Open Internacional Loterias Caixa en Brasil para clasificarme y representar al Perú en Lima 2019.
 
"Allí logro clasificar a Lima 2019 donde obtuve una medalla de bronce y la marca para Tokio 2020. Luego viajo al Mundial de Londres donde ratifico esta marca para Tokio, donde logré ubicarme entre los ocho mejores del mundo".
 
Rodrigo afirma que la polineuropatía desmielinizante mixta es una enfermedad degenerativa que afecta los miembros superiores e inferiores y hace que se pierda fuerza y movimiento. 
 
Recuerda que sus padres le decían que a los dos años caminaba, luego empezó a cojear y finalmente ya no caminó. "Me llevaron al Hospital Mogrovejo, y luego de muchos análisis me dieron el certificado confirmando la enfermedad. A partir de entonces empecé un recorrido por varios hospitales de Lima, pero no hubo ningún cambio".
 
A la corta edad de Rodrigo, resalta la fortaleza que muestra para aceptar su condición. Él asegura que la discapacidad no lo ha podido superar, ni frenar su esfuerzo por llegar al lugar donde se encuentra ahora y representar al Perú.
 
 
Cuenta que para el próximo año tiene el torneo panamericano juvenil en noviembre y el mundial de Madeira en junio. "Son dos torneos fijos para los que vengo entrenando muy fuerte en el Centro Acuático de la Videna, pues quiero dejar en alto al Perú"
 
Refiere que sus tiempos en 50 metros es 1´6; en 100 metros 2´20, y en 200 metros 4´56 y en los tres participa con "muchas posibilidades" según expresa.
 
Este joven representante de la Paranatación destaca las condiciones en las que participa. Destaca el apoyo del Centro Paradeportivo Sin Límites, así como el de la empresa Lotería Torito de Oro. Reconoce también que de parte del Estado, siempre ha recibido apoyo del PAD (Programa de Apoyo al Deportista) y antes de Tokio, el respaldo del plan "Vamos con Tokio" gracias a los cuales ha podido acudir a varios torneos 
 
Mientras sus sueños se materializan en lo deportivo, el próximo año espera terminar el colegio, para después seguir la carrera de administración.
 
"Tengo un gran equipo detrás mío, mis padres primero, mi entrenador Iván Reyes, también cubano, con el que vemos los planes de entrenamiento, las rutinas y los apoyos que antes he mencionado. Sin duda, no lo hubiera podido hacer solo" señala este joven limeño que tiene bien claras sus metas.
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