Un hombre murió y más de un centenar de personas permanecen detenidas en Cuba, mientras el internet móvil sigue cortado dos días después de las protestas contra el gobierno, que niega un “estallido social” en medio de las críticas de Washington.

La Habana, Cuba

AFP

El hombre, de 36 años, falleció cuando participaba el lunes en una protesta en el humilde barrio La Güinera, en la periferia de La Habana, donde hubo enfrentamientos entre manifestantes y policías.

Respaldo

Las inéditas manifestaciones, que degeneraron en enfrentamientos con las fuerzas del orden, son alimentadas por la crisis económica que sacude al país, pero el gobierno niega un “estallido social”.

“El 11 de julio no hubo en Cuba un estallido social, no lo hubo por la voluntad de nuestro pueblo y el apoyo de nuestro pueblo a la revolución”, afirmó el canciller Bruno Rodríguez.

En la capital reinaba ayer una aparente calma, aunque con gran presencia militar y agentes vestidos de civil, mientras el internet móvil, motor de las manifestaciones del domingo, seguía suspendido en la isla.

Las protestas irritaron al gobierno comunista que acusó a Estados Unidos de estar detrás de ellas.

“La #RevoluciónCubana no va a poner la otra mejilla a quienes la atacan en espacios virtuales y reales”, tuiteó el lunes el presidente Miguel Díaz-Canel.

“Evitaremos la violencia revolucionaria, pero reprimiremos la violencia contrarrevolucionaria”, advirtió.

El retorno

Dada la gravedad de la situación, Raúl Castro debió salir de su retiro.

Castro, de 90 años y autor de la revolución con su hermano Fidel, se jubiló y heredó en abril el máximo poder como líder del Partido Comunista a Díaz-Canel, presidente de Cuba desde el 2018.

Pese a su retiro, asistió a un encuentro del Buró Político del Comité Central del PCC, en el que se “analizaron las provocaciones orquestadas por elementos contrarrevolucionarios, organizados y financiados desde EE. UU. con propósitos desestabilizadores”, señaló el diario Granma, órgano informativo del partido.

Los 14 miembros del Buró Político, corazón del poder en la isla, “abordaron además la ejemplar respuesta del pueblo al llamado del compañero Díaz-Canel a defender la Revolución en las calles, lo que permitió derrotar las acciones subversivas”, agregó.

LATITUD 12

 

El dilema de la intervención

El presidente estadounidense Joe Biden recibe hoy la presión de los republicanos y del lobby cubano de Florida para que apoye a los opositores cubanos, mientras que los países aliados del régimen de La Habana responsabilizan a Washington de las protestas. 

El líder demócrata ha manifestado que se mantendrá alejado de cualquier tipo de intervención directa, aunque continuará reclamando el respeto de los derechos humanos y la defensa de la democracia en Cuba. 

Es paradójico que la decisión de mantenerse lejos de la amenaza de intervención militar está dañando más al gobierno de Miguel Díaz-Canelo. La razón es que el régimen comunista no puede usar el argumento del enemigo externo en la población para justificar la permanente situación de excepción que afecta a sus libertades.