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ANTONINO DE LEO. REPRESENTANTE DE LA UNODC PARA EL PERÚ Y ECUADOR “Es la oportunidad de evaluar las políticas de drogas y repensarlas”
NACIONALES
Publicado en 27/06/2021
Entrevista. En el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas conversamos con el representante en el Perú de la oficina de la ONU para ese tema (UNODC) acerca del reporte mundial emitido por ese organismo el 24 de junio.

Antonino De Leo, representante de las Naciones Unidas para lucha contra el tráfico ilícito de drogas para Perú y Ecuador, informa que el área de cultivo de coca ha declinado en un 5% a nivel global, pero que Colombia, Perú y Bolivia (en ese orden) siguen siendo los mayores productores, lo que revalida la agenda pendiente en la región andina.

–¿Qué datos del Reporte mundial de drogas se vinculan con el Perú?

–Son relevantes los datos sobre la estimación del área cultivada con coca. Estos provienen del sistema de monitoreo de cultivos ilícitos en el Perú liderado por Devida, y tienen la asistencia técnica de la UNODC. En general, el reporte señala que los tres principales países productores de coca en el mundo son Colombia, Perú y Bolivia, en ese orden.

 

–¿Ha disminuido la producción de hoja de coca en estos países?

 

–El Reporte mundial de drogas 2021 consigna información hasta el 2019, año en el que se tienen los últimos datos disponibles. Estos indican que el área de cultivo de coca ha declinado en un 5% a nivel global. Eso se ha debido principalmente al declive de la producción en Colombia. En el caso del Perú, tenemos datos de que, en cambio, la superficie ha aumentado desde el 2015 al 2019. Se ha dado un aumento en esos cuatro años, que son sobre los que se tienen datos disponibles, de más de 35% en el área cultivada.

 

–¿Qué se puede hacer frente a las consecuencias negativas de ese in-cremento?

 

–Esta es la oportunidad de evaluar las políticas de drogas y repensarlas; para rescatar lo positivo de las acciones que han dado resultados y poder también identificar lecciones aprendidas. En el caso del Perú, significaría repensarlas en un contexto en el que tienen que primar la recuperación socioeconómica, la inclusión, el bienestar, la lucha contra la pobreza y la conservación del medioambiente.

 

–Al abordar data del período 2015-2019, ¿el Reporte mundial de drogas no abarca a la pandemia de covid-19?

 

–Sí se dedica una sección especial a los impactos de la pandemia. Esta ha llegado a exacerbar algunos problemas estructurales, en el caso de América Latina sobre todo, como la desigualdad, el bajo crecimiento económico y las crecientes tensiones sociales. También se incluyen proyecciones de crecimiento hacia el 2030. Para ese año habrán aumentado en 11% los usuarios de drogas a nivel mundial.

 

–¿Ese aumento se daría también significativamente en el Perú?

 

–Se daría principalmente en los países en desarrollo que tienen una mayor cantidad de población joven. Habría, por lo tanto, una mayor proporción de gente con trastornos de salud por el uso de drogas, y más organizaciones criminales asociadas con estas. Entonces, se necesitan ahora mayores esfuerzos en materia de salud y políticas de drogas integrales e integradas.

 

–¿Cómo avanzar hacia ello en nuestro país?

 

–Las drogas representan un desafío global complejo que debe ser abordado de una manea multidimensional. Este problema mundial tiene que ver con la salud, el medioambiente, la lucha contra la pobreza, la justicia, la seguridad, las instituciones, la cultura… Es un desafío que requiere de decisiones integrales y equilibradas. Por ello, las relaciones entre los estados tienen que ser un pilar fundamental de esa estrategia.

 

–¿En qué sentido la pandemia de covid-19 acentuaría el peligro representado por el tema de las drogas para países como el Perú?

 

–La situación particular que atraviesan los jóvenes en el Perú, al estar marcada por la desesperanza ante el futuro y un mayor estrés, tiende a aumentar el consumo de drogas. Por eso se necesitan una fuerte inversión en salud y una expansión en los programas de prevención, basados en evidencia científica.

 

–¿Qué tipos de programas, específicamente?

 

–Aquellos de fortalecimiento de capacidades en el entorno familiar, de desarrollo de habilidades para la vida en el ámbito educativo, de participación de la juventud en sus comunidades locales. Y también a planes de reintegración social que incluyan la provisión de más educación, mas orientación vocacional.

 

Ley debe aplicarse a grandes redes del narcotráfico

–¿Qué otro indicador representativo respecto a nuestros países tiene el reporte mundial?

 

–El nivel de producción de cocaína a nivel mundial ha alcanzado niveles históricos: 1,784 toneladas.

 

–¿Cómo entender que disminuyan los cultivos de coca mientras aumenta la producción de cocaína?

 

–Esto se debe principalmente a una mayor eficiencia en el procesamiento de la hoja de coca para obtener la cocaína. Ahora se necesita menos hoja de coca para producir la misma cantidad de cocaína.

 

–¿Cómo enfocar en esta coyuntura la lucha contra el narcotráfico?

 

–La aplicación de la ley contra las redes de tráfico de drogas se debería focalizar en las grandes redes del narcotráfico y no en los eslabones más débiles, como campesinos y microcomercializadores. Se tiene que asegurar el principio de proporcionalidad de la pena y la aplicación de medidas sustitutivas de condenas para delitos menores relacionados con drogas.

 

–¿El narcotráfico también fue afectado por la pandemia?

 

–Se ha dado una recuperación de sus mercados. Eso demuestra la habilidad del narcotráfico para adaptarse rápidamente a nuevas circunstancias. Diversificaron las rutas de salida de drogas y multiplicaron las formas de microcomercialización, incluidos el uso del delivery y compras por internet.

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