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ASEGURA QUE EL GOBIERNO DEJARÁ UN PAÍS EN MEJORES CONDICIONES DE AVANZAR El presidente Sagasti exhorta a no fomentar más divisiones en el Perú
NACIONALES
Publicado en 26/06/2021
La intolerancia, la corrupción, la discriminación y el racismo son los verdaderos enemigos, afirma. // Invoca al diálogo abierto y sincero en pos de la reconciliación y evitar la violencia en todas sus formas entre peruanos. // Jefe del Estado hizo entrega del escudo del Cusco devuelto por el Museo del Indígena Americano de EE. UU.

“Nuestros verdaderos enemigos, contra los cuales solo podremos luchar y vencer unidos, son la intolerancia, la discriminación, el racismo, corrupción y violencia en todas sus expresiones”.

 

 

Así lo expresó el presidente Francisco Sagasti tras pedir no fomentar divisiones que destruyen a la patria, “no levantar las manos ni los puños contra nuestros hermanos y hermanas peruanos que piensan distinto”.

 

Este mensaje de unión lo dio durante su participación en el Inti Raymi del Bicentenario, en el Parque Arqueológico Nacional de Sacsayhuamán, en Cusco. El Mandatario sostuvo que la historia concede una nueva oportunidad a los peruanos en el bicentenario.

 

“Solo reconciliándonos, unidos y en confraternidad, en diálogo abierto y sincero, con confianza y esperanza en nuestro futuro, es que podremos hacer uso creativo y fructífero de nuestras diferencias, que son insignificantes al lado de nuestras potencialidades”, enfatizó.

 

 

Esencial tarea

 

Al preguntar cómo iniciar esta difícil pero esencial tarea de dejar de lado la discordia, el rencor y la sospecha, el Jefe del Estado señaló: “Empecemos por buscar las respuestas en cada uno de nosotros, identificando y reconociendo nuestros prejuicios, tomando conciencia de nuestros sesgos al juzgar las motivaciones y el comportamiento de otros”.

 

En segundo lugar, esforzándonos por aceptar nuestras limitaciones, darnos cuenta de que no tenemos siempre la razón y descubrir puntos de vista válidos que difieren de los nuestros, indicó.

 

Por último, emplear la solidaridad, la empatía y el aprecio mutuo que ha permitido a las sociedades humanas, desde los albores de nuestra especie, desarrollar valores que guían el avance hacia la supervivencia, el bienestar, la prosperidad y el bien común, detalló. “Sé, por experiencia propia, que iniciar la tarea de reconciliación partiendo de lo que tiene en su interior cada uno de nosotros no es cosa fácil. Sé también que es aún más difícil hacerlo como sociedad, como conjunto de individuos inmersos en un tejido de complejas y sesgadas relaciones interpersonales”.

 

Un mejor país

 

El Dignatario afirmó que su gestión dejará al próximo gobierno un país que estará, pese a la inestabilidad política y los desafíos de la pandemia del covid-19, en mejores condiciones de avanzar a pie firme hacia un futuro mejor.

 

Recalcó que “hemos hecho todo lo que se pudo hacer para dejarle a quien dirija los destinos de la nación, en los primeros años del tercer siglo de nuestra vida independiente, un país mejor que el que encontramos al inicio de nuestro gobierno”.

 

Sagasti expresó su alegría y orgullo por participar en la fiesta del Inti Raymi, espacio que –dijo–, en el año del Bicentenario de la Independencia, simboliza la grandeza del imperio incaico, la impronta imperecedera de una civilización milenaria.

 

El Cusco fue el punto de partida y de llegada del Qhapaq Ñan, el Gran Camino Inca, proyecto vial ambicioso que sigue asombrando a expertos y conocedores, que se construyó con la activa participación de todas las comunidades que enlazaba, anotó.

 

“Esta admirable obra vial, como otras magníficas construcciones hidráulicas y agrícolas de su época, es utilizada hasta hoy por nuestros habitantes”, manifestó.

 

Escudo

El Jefe del Estado hizo entrega simbólica del Escudo del Cusco, devuelto recientemente por el Museo Nacional del Indígena Americano de Estados Unidos. “Al agradecer la hospitalidad de esta emblemática y milenaria tierra, tengo el privilegio de responder a un anhelo histórico del Perú y, especialmente, de todos los cusqueños. El Sol o Escudo del Cusco, que estuvo fuera del Perú durante muchos decenios, hoy vuelve a casa”, dijo. Recalcó que esto ha sido posible gracias al esfuerzo conjunto de los ministerios de Cultura y de Relaciones Exteriores y de la Municipalidad Provincial del Cusco; el Museo Indígena Americano del Instituto Smithsonian y el Gobierno de los Estados Unidos.

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