Durante un viaje de trabajo a La Libertad se refirió a la autonomía que tienen y a la participación ciudadana en la elección, quienes serán testigos de cada acto del proceso.
El jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Piero Corvetto, hizo un llamado a mantener la confianza en las instituciones electorales que tienen a su cargo la realización de los comicios mediante los cuales será elegido el Presidente de la República el próximo 6 de junio.
"No hay ninguna posibilidad de que alguien pueda torcer la voluntad popular", sostuvo en la ciudad de Trujillo (La Libertad), al explicar las garantías que brinda el actual diseño institucional del sistema electoral peruano.
Corvetto explicó que los organismos electorales son autónomos, por lo que no dependen de ningún poder del Estado.
Además, enfatizó, quienes tienen la responsabilidad de conducir las mesas de sufragio y contar los votos son ciudadanos elegidos al azar; mientras que personeros de los partidos políticos pueden presenciar todos los actos del proceso.
"Finalmente las actas electorales son de conocimiento público, pues son digitalizadas y publicadas en la página web de la ONPE", agregó.
Avance de resultados
Con respecto a los resultados de la segunda vuelta, el titular de la ONPE anunció que, al igual que en la primera vuelta, se tendrá un primer avance el domingo 6 de junio a las 23:30 horas.
"Este primer avance reflejará lo que a esa hora habrá llegado a los 104 centros de cómputo que tenemos en el país; principalmente voto urbano. Tenemos que ser muy cautos, pues ese resultado inicial puede ir cambiando", afirmó.
En ese sentido, dijo que se calcula que al día siguiente del proceso "ya se debería tener una parte importante del voto rural y el martes comenzará a llegar el voto del exterior".
Al reunirse con autoridades y entidades públicas y privadas de La Libertad, garantizó que las elecciones del 6 de junio serán limpias y transparentes, producto del trabajo profesional de la ONPE y el Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
Advirtió además que hay una campaña que intenta minar el prestigio de la institucionalidad electoral para preparar una situación con la cual se pretenda justificar que algún sector no acepte los resultados electorales.
