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¡Cuidado! Aumentan casos de menores hospitalizados por depresión 50% de casos vistos en el hospital Almenara está asociado a la pandemia y al confinamiento, informa EsSalud.
NACIONALES
Publicado en 19/04/2021

Durante la pandemia por la covid-19 se evidenció que el porcentaje de niños y adolescentes deprimidos que necesitaron hospitalización se incrementó en un 50%, y la frecuencia del diagnóstico de depresión en el total de las atenciones en el hospital Almenara se ha triplicado con respecto a los años anteriores, informó Essalud.

 

Amparo Jaramillo, psiquiatra de dicho nosocomio, afirma que la necesidad de hospitalizar por depresión se debe a la presencia de ideación e intencionalidad suicida, lo que le da gravedad al diagnóstico y un gran riesgo para su integridad física del niño y de las personas que los rodean.
 
Señala que es muy importante que los padres estén alertas a las conductas de sus niños para identificar a tiempo síntomas depresivos y determinar algún factor de riesgo, lo que podría mejorar el pronóstico en el tratamiento y su calidad de vida a largo plazo.
 
“Antes se pensaba que los niños no se deprimían porque no tenían la capacidad de sentir las mismas emociones que los adultos. Además, se piensa que no va a llegar al grado de severidad como para diagnosticarse una depresión sin embargo esto no es verdad, conforme se ha visto en los diferentes estudios, los niños se pueden deprimir igual que lo adultos pero su presentación clínica es muy diferente”
 
Por edad
 
En niños de 2 a 5 años, “se puede identificar cambios en la conducta, la irritabilidad, aumento de berrinches y pataletas, incluso podrían empezar a orinarse en la cama en las noches, cosa que antes no pasaba. La disminución de las ganas de hacer lo que les gustaba hacer, como dejar de lado su juguete favorito o si tienen mucha ansiedad al separarse de los padres”.
 
En la edad escolar, entre los 5 y 12 años, “se evidencia la irritabilidad, el rendimiento académico baja a pesar que ellos quieran concentrarse, también es frecuente que se presenten síntomas físicos como dolor de cabeza, dolencias gástricas, dolores corporales. Cuando están molestos o se frustran comienzan a pensar y verbalizar situaciones mortales”.
 
En la adolescencia, “los síntomas son más parecido a los de la edad adulta.
Comienzan a evidenciar un gran sentimiento de tristeza, ya no desean comunicarse con el resto, se aíslan. Presentan dificultad en el sueño, demoran en quedarse dormidos y se despiertan en la madrugada. 
 
Indicó que algunos llegan al consumo de drogas y comienzan a pensar en la idea de morir y en las alternativas para que suceda.
 
Jaramillo recomienda que los padres busquen un espacio para escuchar a sus hijos sobre sus pensamientos y sentimientos. 
 
“Ellos tienen que sentirse libres de expresarlos y saber que serán respetados al decirlo, es fundamental darles importancia a sus sentimientos. Cuando se les descalifica, ellos tienden a mantenerse callados y lo que predispone a que vayan aumentando los síntomas”, anotó.
 
Añadió que es conveniente que los padres estén atentos también a su propia salud mental, y que busquen ayuda si la necesitan por su beneficio y el de su familia. 
“Debe haber una unión y comunicación familiar constante para que sus hijos se sientan protegidos” finalizó.
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