Doctor Carlos Alberto Olivera Jaramillo estuvo al mando de la Villa Panamericana desde el inicio de la pandemia.
Su misión desde el inicio de la pandemia, al igual que el equipo de profesionales que trabaja en la Villa Panamericana, fue salvar vidas de las garras del coronavirus; sin embargo, pese a los extremos cuidados, este mal invisible lo infectó a él y a su familia.
El doctor Carlos Alberto Olivera Jaramillo dirigió por varios meses uno de los importantes centros de aislamiento del Seguro Social de Salud (Essalud) para pacientes contagiados por covid-19, y después él mismo fue golpeado por este virus que lo postró en UCI durante ocho días, pero dejó de lado el ventilador mecánico y ahora vuelve por su revancha en esta batalla.
Con mucha emoción, Olivera cruzó la puerta de la Villa Panamericana, entre los aplausos del equipo médico que lideró desde el inicio de la pandemia. En las cuatro torres que se erigen en este establecimiento de salud se han restablecidos más de 20,000 pacientes, pero él, siendo el director de este lugar, fue alcanzado por ese mal invisible.
La historia de dos batallas
Recuerda que la primera vez, en mayo del 2020, tuvo que aislarse durante 14 días. Sin embargo, no dudo en regresar al mando de los 700 profesionales que supervisaba como director de la Villa Panamericana. Jamás pensó en el retiro, pues el pico de la primera ola había alcanzado los 1,620 casos de aislamiento.
Cuando parecía que todo se tranquilizaba, en enero de este año, una prueba detectó que el virus había vuelto a su cuerpo. Tuvo que ingresar como paciente a este centro de aislamiento temporal, pero cuando su esposa, su tía y también su suegra, casi toda su familia, dieron positivo al virus, volvió a casa para superar el mal juntos.
A pesar de ello, su cuadro empeoró y en solo cuatro días, ya tenía un compromiso pulmonar del 35%. Su suegra también tenía signos severos de la enfermedad. La saturación de ambos descendía y tuvieron que ser intubados. El camino de lucha contra este virus continuó.
"El temor, el miedo, claro que existen, sobre todo como veía la proyección de mi cuadro y deterioro. Es indescriptible, pensaba en mi familia, en lo que hice y no hice. Pero tuve fe, yo creo en Dios", relató el momento que vivió el doctor Olivera Jaramillo.
Grandes compañeros
Asimismo, el doctor relató que los los médicos calmaron sus temores. Él le pidió a su esposa, doctora del área de emergencia, que todos los días lo visitara y tomara su mano. Pero ella no pudo ingresar, en cambio le hicieron oír los mensajes alentadores que su esposa e hijos le enviaban para darle las fuerzas necesarias y salir adelante.
"Dios es grande. Mi suegra también salió de UCI, tenemos la alegría de estar juntos. Agradecidos con quienes estuvieron preocupados por mí, a mi familia, amigos, a la institución, he vuelto a nacer, yo logré salir de este episodio, pero cuántos no lo logran, debemos seguir cuidándonos", manifestó.
Fueron ocho días en UCI, siete de ellos intubado. El doctor Carlos Alberto Olivera Jaramillo no se amilana, volvió a vestir de blanco y el chaleco de Essalud para seguir luchando en medio de esta pandemia del covid-19 en la que nadie debe bajar la guardia.