El paratleta nacional buscará cupo en la paranatación y el paracanotaje.
Juan Wilinton León tiene 33 años y su vida cambió totalmente cuando a los 27 perdió sus piernas en un voraz incendio tras sufrir quemaduras de tercer grado. A pesar de que en un primer momento pensó que el mundo se acababa, apareció el deporte para dar sentido a su vida y otorgarle sueños e ilusiones de llegar a los Juegos Paralímpicos Tokio 2020.
Juan sabe sacar lo positivo de las adversidades. Siempre le tocó lidiar con la más difícil porque el siniestro que le arrebató sus piernas no fue lo único le pasó. Desde pequeño debió ponerse su familia al hombro y salir a buscar el pan debido a la ausencia del padre, quien tuvo que escapar de los terroristas, en épocas difíciles para el Perú, por negarse a colaborar.
Todas estas situaciones reforzaron su carácter, y lo demuestra en cada entrenamiento que realiza en la piscina del polideportivo del club zonal Santa Rosa, ubicado en el distrito del mismo nombre, donde intenta recuperar todo ese tiempo que dejó de practicar debido a la pandemia.
Su plan de trabajo incluye hacer reacondicionamiento físico por 30 minutos y luego se introduce en el agua para perfeccionar los estilos libre, pecho y espalda por espacio de una hora. Poco a poco, va agarrando ritmo para ingresar con fuerza al estilo mariposa, que es su prueba fuerte, porque ocho meses sin practicar le jugaron una mala pasada.
Por ahora no cuenta con el respaldo del Programa de Apoyo al Deportista (PAD) que brinda el Instituto Peruano del Deporte, por lo que debe buscar la manera de solventar sus gastos diarios y de transporte, pues se moviliza en silla de ruedas. A ello se suma que por la pandemia perdió su empleo de expositor de charlas motivacionales en la Municipalidad del Callao.
No obstante estas penurias, trató de entrenar en casa y contactarse con sus entrenadores. Fortaleció más su sueño de obtener un cupo a los Paralímpicos 2020.
León es consciente de que obtener el cupo paralímpico en la paranatación es complicado porque las marcas exigidas son fuertes y los ocho meses que estuvo sin entrenarse no lo ayudan, por lo que tomó la decisión de agregarse otro reto en simultáneo: buscar la plaza en paracanotaje, prueba en la que tiene mejores opciones gracias a la fuerza en sus brazos.
Cambio de vida
“Voy a buscar el cupo tanto en la paranatación como en paracanotaje. Estamos hablando de un torneo máximo en el que clasifica no el que participó en los Juegos Parapanamericanos, sino el que tuvo un rendimiento sostenido durante su etapa de preparación”, dijo Juan, quien espera viajar el próximo año a torneos que le permitan obtener cupos en ambas disciplinas.
Juan Wilinton León, chalaco de nacimiento, sufrió un accidente con quemaduras de tercer grado que le afectaron las piernas, causándole lesiones muy graves que obligaron a la amputación. Lloró mucho, no salía de su cuarto y muchas veces recriminaba a su familia. Tuvo que acudir a terapias psicológicas para cambiar su perspectiva y su idea de que jamás se iba a valer por sí mismo.
Ahora todo es distinto porque siente que el deporte le dio otra oportunidad en la vida y, desde que se dedicó a la natación, gracias al apoyo del entrenador Renzo Parejas, quien vio en él condiciones para destacar en el paradeporte, lucha por alcanzar sueños.
“Le agradezco a Dios por darme la fortaleza y una segunda oportunidad de vida. Mi meta es ganar una medalla en los Juegos Paralímpicos 2024. Uno siempre tiene que pensar en el mañana. Sigo luchando por estar en Tokio 2020, pero estoy convencido de que llegaré con mi real potencial para destacar en París”, dice el paradeportista que alienta a la gente a seguir adelante pese a que la vida golpee fuerte.