Demócratas cambiarían táctica de competición con el gigante asiático. Hay preocupación sobre el futuro de la OMC, si el mandatario republicano es reelecto.
AFP
Un nuevo asalto de la guerra comercial con China que Estados Unidos ha intensificado durante la presidencia de Donald Trump aguarda al próximo inquilino de la Casa Blanca, ya sea el mandatario republicano o el demócrata Joe Biden, del que se espera un combate más de acuerdo a las reglas.
Que China seguirá siendo el principal rival en el punto de mira de la próxima administración estadounidense es una opinión unánime entre los analistas, pero la táctica de enfrentamiento variará en estilo y aliados en función de quién gane las elecciones.
Enfrentamiento
El intento de Trump de equilibrar la balanza comercial con China fue una de las primeras razones para imponer aranceles a Beijing, algo que la Organización Mundial del Comercio (OMC), con su órgano de apelaciones paralizado por la negativa de Estados Unidos a renovarlo, criticó en septiembre.
En concreto, juzgó excesivos los aranceles impuestos entre junio del 2018 y mayo del 2019 a exportaciones chinas por valor de hasta 250,000 millones de dólares, a los que Beijing respondió con tarifas similares en productos estadounidenses.
La batalla no ha impedido que el superávit comercial de China frente a Estados Unidos ascendiera en septiembre en 31,653 millones de dólares, un 17.9% más que un año antes. Para el portavoz chino de Aduanas, Li Kuiwen, se debe a la venta de maquinaria, productos electrónicos y medicamentos.
Opciones
Algunos analistas creen que, de continuar Trump, China se verá perjudicada por sus ataques, pero Estados Unidos será quien más sufra a largo plazo.
Si, en cambio, Biden busca estabilizar la relación bilateral, “el régimen dejaría de sentirse atacado o amenazado”, según Tong Zhao, investigador del Centro de Política Global Carnegie-Tsinghua.
Para el politólogo Joseph Cheng, de la Universidad de Hong Kong, el presidente chino, Xi Jinping, estaría “dispuesto a hacer algunas concesiones y ganar tiempo”: una nueva Administración en Washington podría ofrecerle “una excusa conveniente para comenzar a negociar todo de nuevo”.
Equilibrios
Joe Biden también crearía más equilibrio entre la confrontación y la cooperación, aunque China seguiría siendo “el rival al que hay que someter”, dice el experto español Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China.
Que Estados Unidos ha puesto su mirada en Asia es algo evidente, incluso desde antes de la presidencia de Barack Obama (2009-2017), pues es “donde están los desafíos y China es su mayor reto”, explica Stefani Weiss, experta sénior en gobernanza y política exterior y de seguridad de la Unión Europea (UE) de la Fundación Bertelsmann.
Pese a ello, en el 2017 Trump sacó a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación (TPP), que también integran México y Canadá y al que no está claro que el candidato demócrata Biden vaya a volver rápidamente.
Trump no sería predecible
“Durante la última generación, en el Partido Demócrata ha crecido el escepticismo sobre el comercio internacional y una presidencia de Joe Biden reflejará eso en cierta medida”, comenta Drew Fagan, profesor de la Escuela Munk de Asuntos Globales y Política Pública en la Universidad de Toronto. Reconoce que hay un “gran nivel de preocupación” sobre lo que una victoria de Trump significaría para el comercio mundial, en parte por sus esfuerzos por socavar la OMC y “conceder a Estados Unidos un control casi exclusivo del comercio global”, aunque Biden tampoco supondría una vuelta a los tiempos de Barack Obama. A su juicio, la mayor diferencia entre ambos es que Biden es predecible y Trump, no, lo que ha proporcionado al exvicepresidente de Obama el apoyo de las élites económicas de Norteamérica y del Gobierno canadiense. Para el profesor Fagan, hay igualmente señales de que en Wall Street estarían “cómodos con una Administración Biden, en gran medida por ser alguien al que conocen bien, igual que Canadá y México”.
Europa
La reticencia a unirse al TPP podría ser rentable para la UE si gana Biden.
“A diferencia de países de ingresos bajos, la UE no tiene problemas laborales ni medioambientales” y “es muy improbable” que Estados Unidos deslocalice puestos de trabajo por los altos salarios.
En su opinión, “si Biden quiere un gran acuerdo comercial internacional, no tiene realmente otra opción que hacerlo con Europa”, donde las inversiones estadounidenses son tres veces mayores que las desembolsadas en Asia.