El tratado Salomón-Lozano de 1922 acordó la paz entre Colombia y Perú, y fijó el criterio de mayor cercanía de una isla a una ribera para reconocer su nacionalidad.
Entre 1928 y 1930 la comisión mixta demarcadora determinó las islas del rio Amazonas que correspondían a cada país. La isla Chinería -más próxima a Colombia- fue asignada al Perú por consenso.
El Protocolo de Río de Janeiro de 1934 ratificó lo suscrito, ergo, posee plena vigencia.
Se tiene conocimiento de que, en la década de 1950, debido a los cambios hidromorfológicos y a la dinámica fluvial en el río Amazonas, se inició un lento proceso de escisión al sur de la isla Chinería.
La parte escindida -entonces denominada Centro Poblado de Santa Rosa- volvió a unirse en la década pasada a Chinería por la misma razón.
Nuestra soberanía es plenamente conforme con el límite político fijado en el Plano Topográfico de 1929 suscrito por los delegados colombianos y peruanos.
Sus pobladores, siempre peruanos, la llamaron Santa Rosa por nuestra santa, evidencia igualmente irrefutable.
Asimismo, estamos presentes en Santa Rosa con autoridades migratorias, portuarias, aduaneras, tributarias, sanitarias, escolares.
Nuestra Marina de Guerra ejecuta sus planes y el Estado ofrece allí 77 servicios provistos por 23 instituciones públicas.
La convivencia y el comercio entre Santa Rosa, Leticia y Tabatinga gozan de buena salud y sus respectivas autoridades se visitan hasta en ceremonias oficiales.
La opinión sobre el señor presidente Petro se la reservamos a sus connacionales.
Su excanciller Álvaro Leiva le dirigió una extensa y muy triste carta revelando un rosario de recurrentes limitaciones, dependencias, consumos y comportamientos impropios del mandatario.
La excanciller colombiana Marta Ramírez después del post presidencial afirmó “No es cierto que Colombia tenga ninguna disputa fronteriza ni histórica con el gobierno del Perú” calificándolo de pretexto por las protestas y movilizaciones internas.
La posición gubernamental peruana es respaldada por todos, instituciones y ciudadanos.
Fue y es una provocación.