“Los simulacros permiten evaluar la capacidad de análisis y respuestas de las acciones que reducen el impacto de los sismos u otros eventos naturales”, con estas palabras el viceministro de Salud Pública, Ricardo Peña, clausuró la reunión de simulación de sismo seguido de tsunami y lluvias intensas en el norte del país dirigido al Grupo de Trabajo de Gestión de Riesgo de Desastres del Ministerio de Salud (Minsa).
Siguiendo los lineamientos del ministro de Salud, César Vásquez, el director de la Digerd, Ing. David Aponte Jurado, indicó que el sismo simulado de 8.8 grados de intensidad tiene como finalidad tomar decisiones que determinen las líneas de acción de respuestas a las regiones afectadas, más aun conociendo que el país se ubica en el cinturón de fuego del Pacífico.


El ejercicio está distribuido en 5 momentos: el primero es hasta las 24 horas de ocurrido el sismo donde se dan las alertas, organización inicial para la respuesta sectorial y diagnóstico de la situación; el segundo, hasta las 48 horas en que se atiende a las víctimas, la continuidad operativa y ampliación de la capacidad de los servicios de salud.
El tercer momento es hasta los 7 días posteriores que se gestiona los recursos necesarios, manejo de cadáveres y la coordinación internacional. El cuarto momento va hasta los 15 días, pasado el sismo, donde se ve la continuidad operativa de los servicios de salud, gestión de recursos logísticos, adquisiciones, riesgos potencial epidémicos. Finalmente, un quinto momento que abarca los 30 días siguientes donde se gestiona los recursos financieros para la respuesta, se ve también la salud mental, los procedimientos de información al público y la información a la prensa.
De este modo, el ejercicio permite la articulación con otras instituciones para viabilizar la ayuda y apoyo a las regiones afectadas.