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Tierras degradadas: actividad humana y crisis climática afectan a América Latina y el Caribe Fenómeno creado por el hombre acelera la pobreza, la violencia y la migración.
INTERNACIONALES
Publicado en 29/10/2023

 América Latina y el Caribe es la región del mundo con más tierras degradadas al año, una pérdida que ocurre a un “ritmo acelerado” debido a la actividad humana y a la crisis climática, alertó una directiva de la Convención de Naciones Unidas de la Lucha Contra la Desertificación (CNULD).

 

 
Un análisis de los datos recopilados entre el 2015 y el 2019 revela que América Latina y el Caribe “fue la región que más perdió tierras al año”, afirmó en una entrevista la secretaria ejecutiva adjunta de la CNULD, Andrea Meza, que se encuentra en Panamá participando en la Semana del Clima.
 
Degradación
 
En concreto, América Latina perdió unas 108 millones de hectáreas desde el 2015, de acuerdo con el reciente estudio publicado por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación. Y, con base en datos de la ONU, el 22% de la tierra de la región se considera “degradada”.
 
Ese mismo estudio de la CNULD, elaborado en 126 países, indica que las regiones de Asia oriental y central, y América Latina y el Caribe son las que experimentan una degradación más grave.
 
 
“Ya empezamos a hacer un ‘zoom’ (ampliación) a las regiones, y en el caso de América Latina vemos que hay un ritmo acelerado”, advierte Meza.
 
El informe da cuenta que el ritmo de degradación de tierras en África subsahariana, Asia occidental y meridional, y América Latina y el Caribe supera la media mundial, cifrada en unas 100 millones de “tierras sanas y productivas” perdidas anualmente.
 
Tormenta perfecta
 
“Esto indica que en la región estamos viendo diferentes presiones para transformar el uso actual de la tierra, muchas veces esto se debe a la expansión de la frontera agrícola y a los procesos de urbanización, que no los estamos haciendo de la manera más planificada”, señaló la experta.
 
Meza aseguró que “se están combinando dos cosas: cómo estamos manejando este territorio, fundamental para garantizar la seguridad hídrica y alimentaria, sumado a los efectos del cambio climático. Vemos una tormenta perfecta”.
 
 
Esa “combinación” hace que la región, “que ya de por sí es vulnerable, incremente sus vulnerabilidades, porque cuando no se tiene un suelo sano ni se hace un buen uso del territorio” aumentan las debilidades.
 
“La degradación de la tierra, la mala gobernanza, la tenencia, la mala planificación, mucha pobreza, violencia y migración es un cóctel que lejos de llevarnos a un círculo virtuoso de progreso y de desarrollo sostenible, nos aleja de esos grandes objetivos de desarrollo”, apuntó Meza.
 
A su juicio, se necesita “tener mejor gobernanza en torno a la tierra, de cómo la planificamos y el ordenamiento espacial, el ordenamiento territorial” y es ese “conjunto de mala gobernanza” el que “acelera los procesos de degradación”.
 
Meza explicó que República Dominicana tiene “una historia muy interesante y positiva”, pues ha logrado “desacelerar su proceso de degradación en estos últimos años de una manera efectiva”.
 
“Es un país que es una isla con las complejidades que tiene, pero que está implementando proyectos y políticas adecuadas que están haciendo que ese proceso de degradación pare y, más bien, se revierta”, aseguró.
 
Llamado de atención
 
El estudio indica que en República Dominicana, la proporción de tierras degradadas cayó del 49% al 31% entre el 2015 y el 2019 en ese país, que trabaja para restaurar 240,000 hectáreas en la cuenca del río Yaque del Norte, el más largo del país, y en áreas de producción de cacao en la provincia de San Francisco de Macorís.
 
 
Para Meza, que América Latina sea la región del mundo que más tierras pierde al año es un “llamado de atención” de que se necesita “implementar más políticas que ayuden a mejorar esa gobernanza en la tierra, aclarar los temas de tenencia de la tierra, que más mujeres tengan acceso a la tenencia de la tierra e implementar inversiones en distintas áreas”.
 
“A la tendencia que vamos al 2030 [...] y con este nivel de tendencia de degradación, tendremos que restaurar 1.5 billones de hectáreas para alcanzar esa meta que nos permitiría revertir este proceso de gradación”, advirtió Meza. 
 
Pérdidas de tierra de cultivo
 
La ONU alertó que cada año se pierden al menos 100 millones de hectáreas de tierras sanas y destacó en un informe que los nuevos datos de los que se dispone indican que las tierras “se están degradando más rápido de lo que podemos restaurarlas”.
 
Esa es la conclusión del estudio publicado por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), que anunció el lanzamiento de su primer Panel de Datos, elaborado con informes nacionales de 126 países.
 
 
Ese panel “muestra el avance galopante de la degradación de tierras en todas las regiones”, según el organismo con sede en Bonn (oeste de Alemania). El informe indica además que la degradación de tierras se acelera en África, Asia y América Latina.
 
Entre el 2015 y el 2019, refieren los datos de la CNULD, el mundo perdió al menos 100 millones de hectáreas de tierras sanas y productivas cada año, lo que equivale a dos veces el tamaño de Groenlandia.
 
“Estas estadísticas subrayan la necesidad de actuar con urgencia, dado que la creciente degradación de tierras sigue desestabilizando mercados, comunidades y ecosistemas de todo el mundo”, agregan los autores del informe. (EFE)
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