No obstante vivir en permanente alerta y al riesgo que afrontan, las familias se niegan a salir de sus casas, advierte Mario Casaretto, de la MML.
La necesidad económica ha obligado a cientos de familias de Lima a levantar una vivienda cerca o dentro del cauce de los ríos, lo que coloca a estas construcciones en una situación de riesgo permanente frente a un posible desborde cada vez que aumentan las lluvias en la sierra.
Esta situación afecta a los que habitan las márgenes del río Rímac, que cruza los distritos de Ate, Chaclacayo, Lurigancho-Chosica, Cercado de Lima y el Rímac.
En similar condición están algunas viviendas de San Martín de Porres, Los Olivos, Puente Piedra, Comas, Carabayllo, Pachacámac y Cieneguilla, por posibles desbordes de los ríos Chillón y Lurín.
En las tres cuencas, un total de 1200 viviendas estarían en situación de riesgo inminente ante posibles desbordes, por lo que se requiere agilizar los trabajos de descolmatación y prevención, expresó el gerente de Gestión del Riesgo de Desastre de la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML), Mario Casaretto.
En diálogo con Andina, el funcionario sostuvo también que, en este momento, el río Rímac está en un nivel 2, de un máximo de 3, lo que equivale a una crecida importante en su caudal cuyo monitoreo sigue siendo necesario.
Mencionó que se han adoptado todas las medidas necesarias, junto con el alcalde de Lurigancho-Chosica, Oswaldo Vargas, y otras autoridades locales para mitigar eventuales daños en las zonas mencionadas.
Solo en Chosica hay 16 quebradas por donde pueden discurrir huaicos en cualquier momento y por ello ejecutan advertencias y trabajos de prevención con las autoridades municipales. Los huaicos son desde hace años otra amenaza para esta parte de la capital.
Por ello, Casaretto afirmó que la Municipalidad de Lima mantiene reuniones con los más de 40 alcaldes distritales en temas de prevención y preparación ante eventuales desastres naturales. “Nos hemos reunido con los 42 alcaldes distritales de Lima Metropolitana, en especial con aquellas comunas por donde pasan los ríos para hacer trabajos permanentes de prevención de riesgo”.
Por otro lado, dijo que se ha dispuesto la contratación de más personal para el Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER), a fin de que laboren las 24 horas del día monitoreando y siguiendo el desplazamiento de los ríos por los diferentes distritos que los atraviesan.
Río Huaycoloro
El gerente de Riesgo de Desastre informó que, hace una semana, empezaron los trabajos de descolmatación en el kilómetro 4.5 del río Huaycoloro y que aún faltan 20 días más de labores, aprovechando el bajo caudal. Sin embargo, subrayó que esto debería ser permanente porque la naturaleza “no avisa” y los desbordes o huaicos se pueden presentar en cualquier momento.
Los trabajos de descolmatación del río Huaycoloro buscan que no se repitan los graves daños que dejó el desborde del 31 de enero del 2017, que destruyó casas, pistas e incluso un puente de la autopista Ramiro Prialé, lo que obligó a cerrar esta vía.
La zona más perjudicada fue la avenida Malecón Checa, donde el agua llegó hasta las puertas de las viviendas y tiendas. El desborde también alcanzó varias calles de las localidades de Campoy y Santa María de Huachipa, incluso hasta el puente Trujillo, en el Rímac.
El subgerente de Estimación, Prevención, Reducción y Reconstrucción de la Municipalidad de Lima, Lander Gutiérrez Romero, expresó en un breve recorrido que en el río Huaycoloro se limpian los sedimentos y la maleza utilizando una retroexcavadora, un cargador frontal y alrededor de seis a siete volquetes cedidos por el Ministerio de Vivienda.
De esta manera, se busca proteger a más de 1500 habitantes del centro poblado Santa María de Huachipa que viven en inmediaciones de este río.
Estos trabajos de descolmatación –agregó Gutiérrez– deben hacerse todos los años debido a que los ríos siempre arrastran piedras, malezas y basura que obstruyen el libre pase del agua.
Consideró que los gobiernos locales deberían fiscalizar continuamente estas zonas para garantizar la no contaminación de los ríos e impedir así que se estreche el cauce.