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Arquitecto Javier Luna Elías: los limeños tenemos que conocernos para reconocernos
Publicado en 22/01/2023 12:55
NACIONALES
Señala que es fundamental recuperar una serie de elementos que nos integren y enfatiza en hecho de que todos nos pongamos al frente para ayudar a solucionar los enormes problemas de la ciudad.

 Respetado en el ámbito de la cultura y el arte popular del Perú, el arquitecto Javier Luna Elías afirma que en el caso de nuestra ciudad, y a propósito del 488 aniversario de la Fundación de Lima, es necesario conocernos para reconocernos y que eso implica un esfuerzo de todos. Habla de la necesidad de replantear la ciudad en términos de orden, de accesibilidad, hacerla más amigable para que sea realmente la ciudad de todas las sangres, única y diferente a otras ciudades del mundo.

 

Como no podía ser de otra manera, Luna empieza citando una de las letras de Chabuca Granda para graficarnos ese reclamo popular por siempre está presente: "Esta Lima que se aleja y se pierde en el recuerdo, es una señora bella, de historia añeja y misterio...", por tanto, afirma que es necesario descubrirla, reconocerla, valorarla y cuidarla.
 
Iqueño, aunque muy identificado con la ciudad de Lima, no esconde su entusiasmo por lo que pueda hacer la nueva gestión municipal que ha iniciado Rafael López Aliaga. Asegura que el principal elemento integrador de una comunidad es el agua, y precisamente este problema es el que figura entre los principales objetivos de gestión del alcalde.
 
"Mas allá del discurso están los hechos, y uno de ellos alienta esta confianza que tengo en que pueda hacer una gran gestión. En una oportunidad le comenté algo referente al centro histórico, exactamente le dije que agua era lo único que faltaba en una fuente que ha sido restaurada en la plaza de Armas, entre la catedral y la Municipalidad y que hace tres años no funciona, no obstante ser el espacio históricamente más importante porque Pizarro fundó allí la Ciudad". 
 
 
Señala que la pileta tiene en la parte superior, una imagen de la fortuna, y la fortuna está sobre estas aguas que bailan y que favorecen el espíritu de la ciudad. "Siempre ha sido una pileta lo más importante como símbolo de la ciudad española".  
 
Me dijo ¡va a funcionar! Yo se lo garantizo y ayer me llegaron las fotos. El alcalde llamó a un ingeniero amigo, dio las indicaciones y listo. Entonces, esto me hace pensar en lo fácil que es hacer las cosas cuando se le pone interés. Y me da buen ánimo, no porque se lo haya pedido, sino por la ejecución y porque en pocos días he visto una actuación directa, pensada en los problemas que tenemos.
 
Luna admite que esto es simbólico y es promisoria la idea de que fluya el agua nuevamente. "Estuvo apagada tres años, por la pandemia, por la restauración, porque hay rejas y eso me ha sorprendido."
 
 
También le hice saber que entre los arcos que están delante de la municipalidad y en mercaderes, se habían instalado macetas con plantas de un metro de alto que impedían que la gente transitara. 
 
"El concepto no lo imagino, supongo que es la idea de uno de esos especialistas que siempre hay en las ciudades, pero nunca vi en ninguna plaza del mundo, que tengan tapiados estos espacios. Bueno, resulta que el alcalde ya ordenó que sean retirados, lo que es muy conveniente además en una ciudad donde siempre hay la posibilidad de un sismo".
 
El arquitecto Luna, a quienes muchos reconocen por tener una de las colecciones de nacimientos mas importantes del mundo, afirma que no ve en la figura del alcalde, otra razón que no sea la de servir y de beneficiar a los limeños, y que no se distinga al limeño original, del que proviene del ande. "Todos somos mestizos. El crisol de razas de nuestro país es evidente en Lima", señala.
 
Luna ha sido tentado para integrar el equipo que elabore propuestas para la ciudad, aprovechando el conocimiento que tiene de esta, pero dice que prefiere hacerlo solo como un asesor ad honorem. En esa línea, menciona como maravilloso que los parques zonales de la ciudad estén empezando a funcionar, después de permanecer cerrados mucho tiempo, pues se trata de un lugar destinado al encuentro de las familias.
 
El alcalde de inmediato lo remedió y ya tenemos los parques zonales arreglados. Del mismo modo, ya está llevando agua a los cerros como lo ofreció y con el apoyo de mucha gente, porque así como en la Iglesia, la municipalidad somos todos, por supuesto con el alcalde a la cabeza.     
 
 
El hecho de que tengamos una autoridad, "no significa que la gente no se ponga al frente y ayude a solucionar los enormes problemas de la ciudad"
 
En ese sentido, rescata el trabajo que está realizando Javier Elías Musiris, que acaba de ser reconocido por la municipalidad porque que está llevando agua a los cerros, y bombas para impulsar el agua y que llegue a las partes altas. "En todo esto, yo abogo porque entendamos que todos los que vivimos en Lima tenemos el derecho a ser felices, a tener agua y luz". 
 
Entiende que hay mucho por hacer en Lima y que es maravilloso restaurar nuestra antigua ciudad. Nadie lo quiere más que yo, que siempre pienso en Chabuca Granda y en el conocimiento que tenía de Lima y que se expresa en muchas de sus letras. "Alfombra de nuevo el puente y engalana la alameda... dice la canción, cuya letra cumple 70 años y nosotros seguimos en el intento de recuperarla". Afirma que por eso sus letras sobreviven en el tiempo y que son un verdadero guiño de cómo debe ser y cómo debe estar la ciudad.
 
Pensando más allá del Centro histórico, el arquitecto también comparte la idea de poder trabajar en un modelo de recuperación que incluya a otros distritos como Barranco, Jesús María o en Breña, donde ya se intentó hacer una gran ciudad satélite de Lima. 
 
"Allí se trazó la avenida Alfonso Ugarte en un eje extraordinario con la Plaza Dos de Mayo, pero hay un edificio quemado hace 9 años, como lo está también el edificio Giacoletti, que yo pensé que para el Bicentenario iba a estar restaurado, pero nadie dice nada y eso ocurre porque los limeños no van a Lima. Los limeños ven ahora la procesión del Señor de los Milagros por televisión".
 
Luna propone devolverle a Lima el espíritu, incluso con los artistas populares. Señala asimismo, la necesidad de dar espacio a la música peruana. Alude a que en la televisión peruana solo hay un programa en el canal del Estado, que lo dirige Bartola con mucho esfuerzo. 
 
¿Qué se necesita? le digo, o qué se ha perdido en los últimos años, Luna responde: lo que falta acá es decisión. Recuerda que tuvimos un ejemplo magnífico con el alcalde Andrade. "El nos enseñó o nos devolvió la idea de querer a la ciudad. Lima bonita, decía él. Que viva Lima, viva mi patria, hermosa tierra, y le daba el acento criollo que apreciaba mucho y lo llevó a vivir al centro histórico.
 
También hubo otro alcalde que sin pedirle a nadie empezó a hacer escaleras para la gente que tenía que caminar una o dos horas hasta llegar a sus casas. "Después lo culparon, pero a alguien se le ocurrió poner barandas a esas escaleras y ahora yo estoy abogando para que a esas barandas y a esas escaleras le pongan árboles". 
 
Menciona que en San Isidro se gastan cantidades enormes en mantener los jardines centrales de las avenidas, enhorabuena, "pero, yo estoy hablando entre mi gente de la comunidad para que en nombre de San Isidro, llevemos árboles a esas escaleras para hacer más llevadera la vida de esas personas. ¿Se imagina lo que es subir con peso, con niños, hasta sus casas y que no tengan un árbol donde protegerse del sol? Bueno, este alcalde tiene la intención de cambiar eso".
 
Yo creo que tenemos ánimo para entender que ahora tenemos un alcalde que dirige y que comprende que las personas deben vivir en una ciudad más amigable.
 
 
Luna identifica como un problema adicional el tema del encierro en el que viven los limeños que habitan en el centro histórico, gente que va a un mercado a comprar sus provisiones y tiene que bajarse en la avenida Tacna y caminar hasta hasta sus casas. "Me parece que alguien tiene que darse cuenta de que esto no funciona", señala.
 
"Otro problema similar ocurre con nuestras preciosas iglesias, que están restringidas para el turismo e incluso afectan el culto, porque no se puede llegar con LibertadEstoy hablando de Santo Domingo, donde se guarda la historia de nuestros santos peruanos, y en cómo llega una persona a casarse cuando el carro no puede entrar". 
 
Es enfático al señalar que debe haber un rediseño de la ciudad. Pone como ejemplo a los turistas que vienen en los cruceros y que por lo general son personas mayores. "Normalmente toman un City tour en bus que los lleva a pasear por la ciudad, pero no se puede aprovechar de la mejor forma, porque Lima está hecha solo para caminar y más aún, presenta un piso de piedras que no es fácil para una silla de ruedas, para una persona mayor". 
 
 
Está convencido de que este criterio de peatonalización tiene que ser revisado. "Vaya usted al teatro Municipal en taxi, baja en Tacna y luego dónde encuentra un taxi para regresar a su casa; los que pueden ir en un sistema municipal de buses, bien, pero hay que pensar que la ciudad es de todos".
 
Discrepa cuando se habla de Lima, de su población flotante y que por esa condición se queda vacía en las noches. Él asegura que no es exacto, afirma que allí vive mucha gente, pero que también está encerrada y no pueden salir de sus casas porque la ciudad no está cómoda, porque la ciudad se ha vuelto violenta, "Hay que pensar en ellos, y ese es un problema que se puede solucionar con un control adecuado", precisa.
 
¿Indiferencia? Agradece que la educación vuelva a los colegios, pues asegura que muchos de los problemas radican en la poca conciencia que existe sobre temas puntuales. Pide a la municipalidad campañas que orienten a la gente, pero reclama también mayor protagonismo de las familias en la formación de sus hijos.
 
Refiere que hay que reestructurar la ciudad, dotarla de un entorno más amigable, con espacios y monumentos recuperados. Menciona lo que ha hecho la universidad Católica, que tiene un centro totalmente restaurado, y un eje de casas restauradas. "Hay ejemplos de instituciones, de bancos que tienen casas maravillosas, la familia Aliaga ha restaurado su casa sin pedirle ayuda a nadie". 
 
Hay otras casas -prosigue- que están abandonadas porque la beneficencia no hace lo que le corresponde. Acaba de entregar el hospicio Manrique que funcionaba en la plaza Francia y lo han convertido en oficinas. Igual ha pasado con el hospicio Ruiz Dávila del que sacaron a las ancianas y ahora son oficinas del Congreso. "Seamos conscientes, la ciudad no se hace sino con la generosidad de sus habitantes. Y esta se va haciendo en la medida de lo que necesitamos". 
 
Este personaje de Lima, que fuera director del Museo de la Nación, aboga también por la idea de rescatar aquellas expresiones de cultura viva y que son vehículos de integración como la música, la gastronomía, y que otros alcaldes pusieron en práctica. 
 
 
"No hay nada mejor que el hueco que todos conocemos. Todos tenemos uno, un sitio maravilloso que no sale en las cartas ni está tocado por las manos de Gastón Acurio, que fue el que comenzó a poner en evidencia a personas que hacían cosas maravillosas, como es el caso de Grimanesa, y la convirtió en la reina de los anticuchos de Lima, pero quien se preocupa ahora de eso".
 
Estamos enfocados en vender nuestra imagen fuera, en eventos a los que viajan especialistas, pero ¡quien habla de la ciudad!. Acá había un Museo de la Gastronomía, en un espacio del Museo de la Filatelia en el Correo de Lima. Hicieron allí todas las etapas costumbristas basadas en Pancho Fierro, en la idea de lo que era el mundo de la comida, pero ahora está cerrado, como están cerrados otros museos.
 
Cuando yo reclamo eso, no lo hago solamente por los turistas. No, lo hago porque no hay nada mejor para la enseñanza cotidiana de la gente, que el museo. En el museo está nuestra verdad. Tenemos que conocernos para reconocernos. "Estamos perdiendo nuestra esencia. Nosotros somos porque nos vemos en nuestras familias, en nuestras fotografías familiares, en la calle, cuando decimos esto es mi barrio. Esto soy yo".
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