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SOFÍA MAMANI Y SU META DE LOGRAR EL CUPO A LOS JUEGOS OLÍMPICOS PARÍS 2024 A paso de vencedora La deportista puneña es la peruana más veloz en los 5,000 y 10,000 metros.
DEPORTES
Publicado en 31/10/2022

Sofía Mamani Arizapana dice que la sangre que corre por sus venas es la de atleta. Debe ser así porque sus padres y hermana están vinculados con el atletismo y porque, actualmente, es la corredora más rápida de los 5,000 y 10,000 metros en el país.

 

 

A sus 20 años, Sofía aspira a conseguir una medalla olímpica y no le parece un sueño. “No hay imposible, Kimberly García lo consiguió a nivel mundial. Sé que lo puedo conseguir con dedicación, esfuerzo, disciplina y bastante constancia”.

 

Su rutina de entrenamientos empieza a las siete de la mañana. A veces, Puno amanece con 2 o 3 grados de temperatura, pero igual ella inicia el primer entrenamiento del día con polo y short.

 

“Mi sitio favorito para entrenar es el malecón. Son dos kilómetros de recorrido al lado del lago Titicaca. Ese tramo me llena de energía; el lago es maravilloso. Es tranquilo, diferente al mar; junto con el viento, me da paz”.

 

Por la tarde, si es día de semana, realiza su segundo entrenamiento. Antes le toca estudiar porque debe cumplir con las actividades propias de la carrera de Administración y Gestión Pública que sigue en la Universidad Continental.

 

“En los primeros ciclos me inscribía a todos los cursos de la universidad, pero ya luego me di cuenta de que por mis rutinas y mis tiempos no iba a poder con todo a la vez, así que empecé a ir de a pocos. Menos mal, tengo todas las facilidades para hacerlo”.

 

 

Práctica liberadora

 

Para la joven atleta que se enamoró de las competencias a los 12 años, correr tiene muchas ventajas. Una de las más importantes, dice, es que es una práctica que libera, que da paz. “Me hace sentir realmente viva”. Hacerlo en Puno, dice, al lado del lago también es una experiencia inspiradora, rodeada de la madre naturaleza.

 

Pero, además, aquí recuerda su niñez, dice que el deporte ayuda a los inquietos. “De niña, era muy inquieta. Pero cuando empecé a correr –y ya corría por las mañanas unos 40 minutos–, me duchaba, desayunaba, iba al colegio y así empecé a sentirme tranquila, pero también con energía y mejores ánimos”.

 

 

Equipo familiar

 

Aunque su familia es su principal soporte, Sofía recuerda que la propia experiencia de sus padres en las duras pistas atléticas le permitió conocer otras disciplinas y artes “para ver si se alejaba del atletismo”, recuerda. “Me mandaban a varias academias; incluso les decían a mis primos que me lleven a conocer otras artes, pero siempre quise correr”.

 

El panorama cambió tanto que ahora el responsable de sus entrenamientos es su padre, el atleta Miguel Mamani; y la nutrición recae en su madre, la atleta olímpica Wilma Arizapana. Y ambos también hacen la función de fisioterapeutas. Sus hermanos Lucelia y Juan Miguel son los encargados de supervisar los ritmos y sus marcas.

 

Sofía sabe que hay personas a las que el atletismo no les parece una práctica útil. Incluso recuerda que le han dicho cosas como por qué no se va a hacer algo útil. Para ellos solo les deja un mensaje: “Si no lo han probado, no tienen por qué discriminarlo, que lo practiquen para que vivan en paz”.

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