El impacto de la invasión rusa de Ucrania en el sector energético tras la crisis del coronavirus amenaza con fortalecer a la industria de combustibles fósiles, en lugar de acelerar la transición hacia las energías limpias, advierte un estudio internacional publicado en Viena.
El Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA), un ente científico interdisciplinario creado durante la Guerra Fría, llega a esa conclusión mediante la revisión de estudios recientes y la consulta a expertos en la materia.
En la transición hacia energías con bajas emisiones de carbono y en la mitigación del cambio climático, esas repercusiones a largo plazo, si bien “son aún inciertas”, están surgiendo “lentamente”, afirman los autores de la investigación.
Proyecciones
Debido a la reducción de la capacidad de inversión y a la menor disponibilidad de mano de obra, las inversiones en proyectos de energía limpia en Europa han caído entre el 10% y 15% con respecto al nivel prepándemico (2019), afirman.
Así es como, pese a que tras la invasión rusa de Ucrania, varios países se han comprometido a acelerar su transición ecológica, todo apunta a que la industria de combustibles fósiles es una de las principales beneficiarias de la guerra, insisten los científicos.
Constata que ambas crisis, la pandemia y la guerra en Ucrania, “aparecieron inicialmente como oportunidades” para avanzar en la lucha contra el calentamiento del planeta.
La pandemia del coronavirus reveló cómo es posible un cambio de comportamiento y estilo de vida de la población antes inimaginable, y luego, la guerra dejó clara la necesidad de una mayor diversificación energética.