El presidente Joe Biden defendió su estrategia ante los precios récord de la gasolina, que implica suspender por tres meses un impuesto federal sobre los precios del carburante, que se han disparado y molestan a los estadounidenses, a pocos meses de las elecciones legislativas de mitad de mandato.
Washington, Estados Unidos
AFP
“Suspendiendo durante 90 días el impuesto federal sobre la gasolina, de 18 centavos (por galón, 3.78 litros), podemos hacer bajar el precio y aliviar un poco a las familias”, señaló el presidente en la Casa Blanca, al pedirle al Congreso que adopte esta medida fiscal, cuya eficacia es puesta en duda.
Un alivio
“Sé que esta suspensión de impuestos no resolverá por sí sola el problema, pero eso dará [...] un poco de aire” a las familias, añadió.
“No es el momento de beneficiarse”, lanzó además a los distribuidores a quienes pidió repercutir sobre el precio hasta el último centavo de una eventual rebaja impositiva.
El mandatario demócrata también llamó a los gigantes productores de hidrocarburos, con los cuales tiene relaciones tensas, a que aumenten su capacidad de refinado, y a seguir las fluctuaciones de los precios del crudo también a la baja y no solo cuando suben.
Aumento
El precio promedio del galón de gasolina alcanzó el nivel récord de 5 dólares, frente a unos 3 dólares hace un año.
El repunte está repercutiendo en la economía nacional, arrastrando el índice de aprobación del presidente estadounidense, que se ubica por debajo del 40%.