Sostuvo que esta preocupante realidad nos obliga a estar alertas y a reflexionar sobre las acciones preventivas que se realizan y que se tiene que fortalecer para contribuir a proteger a niños, niñas y adolescentes, que son víctimas de este tipo de agresiones, para que las familias y las instituciones educativas adopten las medidas preventivas a fin de evitar estas situaciones tan dolorosas.
En RPP reveló que la mayor incidencia de casos de violación sexual se da en el interior de las familias, cometidas por personas del propio entorno de la víctima. "Muchas veces nos preocupamos de nuestros hijos cuando están fuera de nuestras casas, pero no nos damos cuenta que la persona agresora y de riesgo para ellos, está en el propio hogar y eso tiene que ver con la conducta de la persona agresora".
La persona agresora ve la oportunidad de cometer estos actos en el entorno cercano, en familias donde hay niños y adolescentes que no están debidamente preparados emocionalmente, que son vulnerables, o pueden asustarlos, porque una de las estrategias que utilizan los agresores es precisamente la de amedrentar al menor, amenazándolos con matar a sus padres, con desaparecer a la familia y si es del entorno muy cercano, "diciéndoles que si lo
denuncian, se va a ir preso y no tendrán quién les dé de comer. Ese tipo de miedos, de manipulación, existen de manera muy frecuente", enfatizó.
Garrido dijo que estas situaciones de abuso, muchas veces se develan tiempo después de la agresión, de repente no en la primera vez que ocurre, sino cuando el niño o la niña, ya no puede tolerar más. "Es en ese momento en que se devela la situación, en la que el menor cuenta lo que está ocurriendo. Es fundamental la respuesta de la persona que la escucha".
Respecto a la forma como debemos trabajar el tema preventivo, la especialista refirió que lo principal es ser honestos con nuestros hijos, hablar de estas situaciones y los riesgos que corren, y eso debe ser proporcional a la edad. "Si hablo con un niño de tres años, hay diferentes técnicas para trabajar con ellos, por medio del dibujo, enseñarles cuáles son las partes permitidas en un contacto físico y siempre recalcarles que si algo les incomoda, tienen que contarlo".
"Muchas veces les decimos saluda, dale un beso a tu tío, abraza a tu tía y a veces el niño o la niña no quiere hacerlo. En esos casos no hay que forzar esas situaciones, porque lo importante es que en las relaciones de contacto físico, los abrazos y besos sean naturales y que el menor se sienta cómodo", manifiesta.
La confianza es clave
Sostuvo que ese es el primer mensaje, es decir que cuando exista una situación que le genere incomodidad o desconfianza al niño o niña, inmediatamente las pueda contar y, lo más importante, que les creamos, porque la persona agresora siempre pone en duda la palabra de la víctima. "No te van a creer les dice y a esa edad, el menor no tiene ese procesamiento de entender, que está siendo manipulado".
La especialista del Mimp aseguró que en estas situaciones es fundamental la reacción de la persona que escucha el caso, porque si no le cree o pone en duda o justifica el hecho, es probable que el niño o niña se retracte.
"En un primer momento vamos a tener casos en los que contó lo que les sucede, pero luego se retractan, y esa retractación tiene que ver en cómo el entorno ha reaccionado frente a su caso. En el aspecto de la prevención, nosotros tenemos que fortalecer primero los lazos familiares, el tema de la comunicación, que es muy importante para generar confianza con nuestros hijos".
La funcionaria aseguró que en situaciones como las descritas, los padres deben escuchar, creer y actuar. "Acá tenemos que afrontar una denuncia y esto no solo tiene que ver con el acceso a la justicia, con el hecho de que la persona agresora pueda ser sentenciada como corresponde, como determina la ley, sino que además de la denuncia y el castigo, esto ayudará en el proceso de recuperación de la víctima".
"La denuncia va a contribuir al acceso a la justica, pero además ayudará a la recuperación emocional y a la protección de la víctima", enfatizó.
Afirmó que cuando los casos no se denuncian, lo más probable es que la persona agresora tenga nuevamente acceso a la víctima, es decir que los hechos se repitan.
"Cuando hay una denuncia, si bien la víctima va a pasar por medicina legal, por una evaluación psicológica, por una cámara Gesell para su declaración, también recibirá el kit de emergencia en un hospital o un centro de salud para recibir un tratamiento adecuado, atención medica especializada y de recuperación psicológica y social, porque hay que fortalecer también los recursos de esas familias".
Agregó que frente a un hecho de violencia sexual, el impacto para las víctimas es muy alto. "Muchas personas que han vivido situaciones de este tipo en su infancia presentan secuelas que tarde o temprano salen a la luz, por lo que no debemos permitir que nuestros hijos sufran. Hay que denunciar estos hechos para ayudarlos inmediatamente".
Lamentablemente, el único culpable en situaciones de abuso son las personas agresoras. "Hay que trabajar para evitar que estas situaciones en las que una persona de confianza, con la que se supone hay un cariño de por medio, abuse de un menor, pues son situaciones verdaderamente traumáticas", manifestó.
La funcionaria del Mimp lamentó los casos ocurridos recientemente en el Callao y en Chimbote, donde las víctimas son una menor de tres años y dos adolescentes, que han tenido consecuencias graves para su salud. "Hay que trabajar intensamente para que estos casos no se repitan", puntualizó.