Ucrania propuso celebrar una “ronda especial” de negociaciones con Rusia en la asediada ciudad de Mariúpol, que parecía estar a punto de caer en manos rusas tras semanas de asedio.
“Vivimos nuestros últimos días o últimas horas [...] El enemigo nos supera por diez a uno”.
En paralelo, Rusia mantenía su presión militar en el este de Ucrania, que recibió un espaldarazo de la Unión Europea (UE), decidida a hacer “todo lo posible” para que la antigua república soviética “gane la guerra” contra Moscú.
Propuesta
“Sí, sin ninguna condición. Estamos dispuestos a celebrar una ‘ronda especial de negociaciones’ justo en Mariúpol”, dijo en Twitter el alto negociador ucraniano y asesor presidencial Mijailo Podoliak.
“Para salvar a nuestros chicos, a [el batallón] Azov, a los soldados, a los civiles, a los niños, a los vivos y a los heridos. A todo el mundo”, añadió.
Rusia emplazó a los últimos soldados ucranianos en la ciudad portuaria de Mariúpol, atrincherados en el enorme complejo industrial de Azovstal, a deponer las armas.
“Vivimos tal vez nuestros últimos días o nuestras últimas horas [...] El enemigo nos supera por diez a uno”, dijo el comandante ucraniano Serguiy Volyna, de la 36ª Brigada Marina, desde los pasillos subterráneos de esa gran fábrica metalúrgica.
Además de los soldados y milicianos, hay al menos 1,000 civiles en el subsuelo del complejo industrial, indicó la autoridad municipal de Mariúpol, que calcula en más de 20,000 el número de civiles muertos en la ciudad desde el inicio del asedio.
La viceprimera ministra ucraniana, Irina Vereshchuk, indicó que la evacuación de civiles prevista por un acuerdo “preliminar” con Rusia “no funcionó” y acusó a las tropas rusas de haber violado el alto el fuego y bloqueado a los vehículos.
En Moscú, Mijail Mizintsev, un alto funcionario del Ministerio de Defensa ruso, acusó por su parte a “las autoridades de Kiev de haber hundido cínicamente esta operación humanitaria”, asegurando que “nadie ha utilizado el corredor indicado”.
Finlandia y la OTAN
El Parlamento finlandés comenzó a debatir su adhesión a la OTAN para protegerse mejor ante la posibilidad de una agresión rusa y su candidatura a la Alianza es “muy probable”.
Ello a pesar de las últimas advertencias de Rusia sobre refuerzos nucleares en la región del Báltico si Finlandia o Suecia se unen a la alianza militar liderada por EE. UU.
“Creo que ocurrirá muy pronto. En pocas semanas”, señaló la joven líder socialdemócrata Sanna Marin, la semana pasada.
Los 200 miembros del parlamento nacional se inclinan por clara mayoría a favor de la adhesión en una votación que probablemente tendrá lugar antes del verano boreal.