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El buen doctor: 30 años de la muerte de Isaac Asimov se cumplen este mes
Publicado en 20/04/2022 00:56
NACIONALES
Isaac Asimov dejó un impresionante legado que trasciende a la ciencia ficción y marcó a este género con sus ideas sobre robots.

Uno de los grandes íconos de la ciencia ficción es, que duda cabe, Isaac Asimov, pese a que sus cuentos y novelas del género son apenas una parte de su vastísima producción. Lector voraz como pocos, tenía también una capacidad prodigiosa para la redacción de textos de divulgación, tanto científica como histórica. Isaac Asimov es también conocido –y celebrado– por sus amenos, que no siempre precisos, textos respecto a la historia de Europa, de Estados Unidos, de la química, la física y cualquier campo del saber humano que cayera al alcance de su voraz curiosidad.

 

 

 

 

Su legado

 

Sin embargo, el “Buen Doctor”, como era conocido, sigue y seguirá destacando como uno de los principales escritores de ciencia ficción de la llamada Edad de Oro de la Ciencia Ficción, es decir, la década de 1940.

 

La ciencia ficción es un género mutante, difícil de definir por cierto, y casi parece exagerado definirlo o asignarle un período determinado basados en algunos pocos elementos.

 

En cambio, Isaac Asimov parecía estar hecho para adecuarse a las exigencias de la revista Astounding Science Fiction. Esto es, relatos con ciencia “real”, con personajes mejor descritos, un lenguaje más elaborado. O al menos, no tan crudo como el que se les atribuía, acaso exagerando las cosas, a los escritores de la era precedente.

 

Ya en su ambiente, Asimov pudo dedicarse, al menos durante la década de los cuarenta, a la ciencia ficción, género del cual se había nutrido leyendo las revistas pulp que su padre vendía en un puesto, y que hicieron las delicias del joven Isaac. Y fue así como nos legó dos grandes temáticas, no las únicas, pero sí las más destacables de su vasta produción: los robots y el ciclo de la Fundación.

 

 

Las leyes

 

Los robots son un tipo de seres que, incluso a la fecha, pertenecen más al campo de la imaginación humana que a la realidad. Hay grandes avances en robótica, es cierto, pero los robots actuales están lejos de ser las copias degradadas –o mejoradas– del ser humano que nos ofrece la ficción.

 

Pero Asimov, si bien no es el único autor que escribió novelas o cuentos sobre autómatas, se encargó de atribuirles una coherencia tanto en su naturaleza como a su accionar. Los robots de Asimov no son entidades movidas por alguna acción misteriosa, sino que basan su autonomía en un órgano, el “cerebro positrónico”, suerte de CPU que además dotaría al robot de conciencia.

 

Sin embargo, los robots no dejan de ser creaciones humanas, hechas para servir al hombre, y por eso Asimov les da tres leyes, aunque lo justo sería decir que “les programa” esas leyes.

 

Irónicamente, estas leyes no suelen ser respetadas por los robots, siendo su peculiar interpretación de las mismas la que entra en conflicto con la interpretación que les dan los seres humanos, lo que origina situaciones tanto jocosas como verdaderamente inquietantes. (Daniel Salvo, periodista)

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