La combinación de estancamiento e inflación que sacude a Chile, otrora considerado el oasis latinoamericano, aleja los anhelos de igualdad que surgieron de las protestas del 2019 y pone piedras en el camino a la agenda de profundas reformas que ha prometido el nuevo presidente, Gabriel Boric.

Santiago de Chile
AFP

El país enfrenta una acuciante subida de precios, que está llevando al Banco Central a tomar medidas inéditas en más de 20 años, como subir la tasa de interés referencial de 2.75% a 7.5% en menos de seis meses.

Señales

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumuló en febrero un 7.8% en 12 meses y el emisor espera que alcanzará un 8.2% este año, muy por encima del rango de tolerancia.

A esto se suma que la economía chilena dio en febrero sus primeras señales de desaceleración, una “tormenta perfecta” para que cunda el pánico entre expertos.

El Indicador Mensual de Actividad Económica a febrero, que se considera un adelanto del PBI mensual, decepcionó a los mercados con una caída del 0.7% con respecto a enero y registró el menor crecimiento interanual en cerca de un año (6.8%).

El economista Manuel Agosín señaló que la subida del IPC en Chile va en la línea con el resto de países y se debe a causas “coyunturales” como la guerra en Ucrania, el aumento de precios de las materias primas y las ayudas sociales y los retiros anticipados de los fondos de pensiones, que en el 2021 dispararon el consumo.

Recesión

“Lo realmente preocupante no es el alza de precios, sino que ya tenemos indicadores tempranos de una crisis económica que se viene, una crisis no por inflación, sino por recesión”, señaló días después de que el ente emisor redujera las proyecciones de crecimiento para el 2022 de un máximo de 2.5% a un 2%.

En la misma línea opina el economista Hernán Díaz, quien apuntó además que la situación chilena “está muy lejos de la argentina o la venezolana, cuya inflación tiene un origen político o estructural”.

Díaz añadió que “teniendo en cuenta que el crecimiento para los próximos años va a ser bajo, se producirá un enfriamiento de la economía y una menor inflación”.

Privatización

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) anunció el pasado mayo que Chile sería el único país sudamericano que recuperaría su renta per capita precrisis en el 2021.

Los indicadores del año pasado evidenciaron una rápida recuperación –la economía creció un 11.7%– y mientras las monedas de otros países latinoamericanos se depreciaron, el peso chileno se mantuvo estable respecto al dólar gracias a las exportaciones de cobre, del que Chile es el mayor productor mundial.

Sin embargo, la desigualdad y la precariedad derivadas del sistema chileno –basado en una agresiva privatización de servicios básicos como el agua, la educación o las pensiones– sigue vigente o incluso ha empeorado desde la pandemia, según expertos.