Luego de dominar avasalladoramente en los primeros 45 minutos, y con la ventaja de 3-0, la parte complementaria pintaba para que el marcador se ampliara. Así lo pedía la hinchada y así lo entendía el entrenador Ricardo Gareca.
Sin embargo, lo que pudo significar una goleada mayor, con el transcurrir de los minutos la Blanquirroja se desordenó y Bolivia estuvo más cerca del 3-1 que Perú del 4-0. Pero el arquero Pedro Gallese apagó el grito de gol altiplánico hasta en dos clara ocasiones.
Lavada de cara
Para nadie fue sorpresa que los nacionales querían lavarse la cara luego de la dolorosa e inesperada derrota en La Paz (el inicio de dos derrotas consecutivas que nos sepultaron al penúltimo lugar de la tabla), es así como el “chocolate” tenía que esperar: la idea no era ganar, la idea era aplastar a Bolivia.
A Perú le bastó solo 7 minutos para gritar el primer gol, y aunque se lo anularon por posición adelantada, Lapadula se encargó de marcar, al siguiente minuto, su primer gol oficial en Las Eliminatorias, que si bien es cierto relajó las ansias, también lo fue que, para Perú, Bolivia no merecía mayor piedad.
Es así como, a los 30 minutos, llegó la mayor revancha del día: gol de Cueva. No lo celebró. Pidió silencio con el índice en sus labios y no le importó que las más de 10 mil almas en el Estadio Nacional reventaran sus gargantas. Él, con una inmensa bronca, jamás sonrió por el gol que lo llevó a la cima de la tabla de goleadores de la selección peruana.
Ocho minutos después, una feliz costumbre: Peña recibe el rebote desde fuera del área y remata. Golazo. A los 38 minutos Perú ya aplastaba por 3 a 0 a una Bolivia que jamás llegó a entender qué estaba pasando en la cancha.
Perú y el intento de una masacre
Los primeros minutos del segundo tiempo repitieron el abusivo monólogo peruano: Lapadula tuvo, por lo menos, dos ocasiones claras de gol. Con 3 goles a favor, cualquier selección responsable, que en cinco días tiene otro partido importante y de visita, hubiese bajado las revoluciones. Pero para Perú, 3 goles no eran suficientes.
A los 68 minutos todo el José Díaz se puso de pie por el ingreso de Jefferson Farfán a la cancha. El goleador que más veces le ha anotado a Bolivia.
Y aunque el marcador no se movió, la intención peruana de llegar a una goleada de escándalo fue notoria. Sin embargo, las ganas y el físico no siempre van de la mano. Perú enfrentará a Venezuela en Caracas este martes 16, con la necesidad de llevarse una victoria de visita.
A falta de seis partidos para el fin de las Eliminatorias, Perú queda a solo dos puntos de la zona de clasificación directa con claras opciones de seguir soñando con Catar. Aunque, como también es costumbre de nuestra selección, así como nos hace soñar, también nos despierta de mala gana.