En su discurso ante la representación nacional, para exponer la política general del gobierno y solicitar el voto de confianza, el jefe del Gabinete dijo que el objetivo es adoptar medidas para cobrar las deudas tributarias que mantienen las grandes empresas, y generar nuevas contribuciones a las sobreganancias de las actividades extractivas, como la minería.

 

Al inicio de su intervención, hizo un llamado a las fuerzas políticas en el Congreso a deponer las diferencias, y trabajar juntos en la solución de la grave crisis económica, social y sanitaria generada por la pandemia del covid-19, pero sin dejar de lado el carácter social e inclusivo del gobierno de Perú Libre.

 

Es así que ratificó el compromiso del gobierno del presidente Pedro Castillo de propiciar cambios estructurales en el país, pero en democracia y en paz, “y que no han llegado al poder para ser la continuidad y menos de replicar modelos de otros sectores”.

 

“La misión histórica de este gobierno es realizar los cambios estructurales de manera ordenada, democrática y en paz. Ya no podemos desviar la mirada y dejar que esta profunda herida que nos lacera resulte desatendida”, afirmó.

 

 

“En esto queremos ser enfáticos: Nuestra gestión no pretende ser la continuidad de gobiernos anteriores, ni tampoco intenta copiar modelos adoptados en otros países. Nuestra principal aspiración es lograr, de forma democrática, cambios importantes en la estructura estatal y económica. Cambios que permitan a la población encarar el inicio del tercer siglo republicano de un modo diferente a lo que ha sido este país para la mayoría de sus ciudadanos: una sociedad desigual, centralista, elitista y profundamente excluyente”.

 

 

El jefe del Gabinete inició su discurso con un saludo en quechua y aymara, y alternó algunos pasajes de su discurso con estos idiomas, que luego traducía al español.

 

Esto al principio no fue comprendido por los legisladores, lo que llevó a la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, a solicitar al premier que traduzca sus palabras, tal como fue el acuerdo con la Mesa Directiva.

 

Bellido accedió de buena manera a la traducción, pero se amparó en el artículo 48 de la Constitución para señalar que estas lenguas también tienen rango oficial. 

 

El jefe del Gabinete comentó que este incidente demuestra la postergación en que se encuentran los “pueblos profundos”, que no hablan español, y frente a un Estado que ha vivido de espaldas a sus necesidades.

 

Frente a ello, dijo, el Gobierno lo que busca es que exista tolerancia, paz, y que todos los peruanos se puedan escuchar, así hablen quechua o aymara.