Dunia Felices ya se encuentra instalada en la Villa Paralímpica a la espera de la hora de que le toque competir en la paranatación. Mientras se acerca el día, su ser se cubre de emoción porque es la primera vez que vive esta experiencia sublime y no está dispuesta a desaprovechar la oportunidad para brillar como ella lo sabe hacer.

 Felices, de 31 años, quien participará en las pruebas de 200 metros libre y 50 mariposa, en la categoría S5, entrará al agua por primera vez en el Centro Acuático de Tokio el martes 24 en horario peruano.

 No se siente intimidada por las fuertes oponentes a las que deberá hacer frente porque ya las conoce de una u otra manera. A las de Turquía y Brasil las enfrentó en mundiales anteriores y en Juegos Parapanamericanos Lima 2019. Son 32 paranadadoras en su categoría.

 No promete medalla, pero sí demasiado sacrificio en busca de llegar a las finales en sus pruebas. El nivel lo tiene y las ganas le sobran para realizar una gran presentación.

 “Todo es progresivo. Ahora he mejorado mis marcas. El objetivo es quedar entre las ocho mejores y dar la pelea siempre para poder estar adentro. Primero es mejorar el tiempo, las marcas y luego pelear podio”, indica emocionada.

 Sobre sus entrenamientos, explicó que realizó trabajos físicos y en el agua entrenó tres horas al día. Antes de la competencia bajaron la carga y ahora se concentran en mejorar su velocidad, fuerza y controlar sus tiempos.

 “He participado en grandes eventos fuera del país, también he tenido mucho apoyo del Instituto Peruano del Deporte y de la Asociación Nacional Paralímpica del Perú, siempre han estado pendiente de mis trabajos y mis tiempos”, recalcó.

 Pide el aliento

 Dunia hace un alto a sus arduos entrenamientos para pedirle a los peruanos que apoyen a los 11 paradeportistas nacionales que lucharán por la gloria porque será importante para ellos recibir esas energías positivas.

“Al Perú le digo que nos siga apoyando. El evento de la natación se va a transmitir por señales digitales y el Facebook. Espero que nos alienten día a día, que la energía de la gente, aunque estemos lejos, se va a sentir. Vamos a estar al tanto de los comentarios que nos hagan. Hemos sentido mucha emoción por cómo la gente ha apoyado a los deportistas en los Juegos Olímpicos y ahora en los Paralímpicos queremos sentir lo mismo, que ustedes están al lado de nosotros”, indicó la paratleta.

 Cuando Dunia tenía 15 años le diagnosticaron vasculitis sistémica, que ataca a los vasos sanguíneos y que le afectó las cuatro extremidades. Le amputaron sus brazos y piernas, pero eso no evitó que siga luchando en la vida hasta su momento cúspide con la medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos Lima 2019.

 “Me encuentro en las mejores condiciones físicas y mentales para los Juegos Paralímpicos. De hecho, hay nervios, pero feliz porque estas últimas semanas he bajado mi tiempo y tendré mejores marcas en los 200 libres y 50 mariposa. Feliz porque veo a mis compañeros progresando y somos un solo Perú, hay mucha energía y unión”, señaló la paranadadora, que también pinta lindos cuadros con la boca.

 Dunia nació en el distrito ayacuchano de Sarhua, pero a sus 10 años debió marcharse a Lima a la casa de sus tíos porque corría peligro, ya que los terroristas siempre ingresaban a su casa para robar comida. Los asesinatos eran cosa de todos los días.

 En la época de colegio fue una destacada deportista especialmente en básquet y voleibol, pero un día se le empezaron a adormecer las extremidades superiores e inferiores, hasta llegar al punto de ponerse moradas.

 En el 2016 ingresó por primera vez al agua, después de nueve años cuando nadaba con sus extremidades completas, y nadie ha podido sacarla de allí porque es donde hace realidad sus más adorados sueños.